viernes, 11 de agosto de 2017



DEUDA, DÓLAR Y TASA DE INTERÉS ANTE LAS PASO

Por Héctor GIULIANO
(10.8.2017)

Las PASO constituyen, en la práctica, una encuesta pre-electoral compulsiva por la que se obliga a la población argentina a manifestar anticipadamente sus intenciones de voto, de manera que los partidos políticos – y especialmente el oficialismo de turno – puedan intentar corregir en lo posible los resultados adversos en algunos de los distritos más sensibles o comprometidos antes de los comicios definitivos.
De hecho, estas elecciones preliminares – aparte de coercitivas – son inútiles desde el punto de vista que los principales partidos del sistema no dirimen aquí candidaturas internas sino que van con listas únicas pre-elaboradas.
Pero en este caso particular del 13.8 subyace otro motivo especialmente preocupante para el gobierno que es la proyección de votos que prefigure el electorado para las elecciones parlamentarias del 22.10 en cuanto a la futura composición del Congreso ya que el Macrismo va a depender de esos resultados para poder aprobar una serie de leyes que le permitan llevar a cabo las políticas de ajuste fiscal que necesita para garantizar el pago de los servicios crecientes de la Deuda Pública que sigue aumentando.
Este punto tiene muy particular importancia para un gobierno deuda-dependiente como el del presidente Macri:

a)    El extraordinario crecimiento del monto de la deuda pública que se viene produciendo desde el inicio del mandato Cambiemos en Diciembre de 2015 hasta la fecha hace que el stock de dicha deuda – sólo en cabeza de la Administración Central – supere actualmente los 300.000 MD (Millones de Dólares): el último saldo oficial informado es de 288.500 MD al 31.12.2016. Era de 247.700 MD a fines del 2015 (incluyendo 11.500 MD de Holdouts y 13.500 MD de cupones PBI), que se incrementó casi inmediatamente a 254.500 MD por el reconocimiento de unos 7.000 MD de intereses acumulados adicionales de los Holdouts apenas asumido el gobierno Macri. La deuda aumentó otros 34.500 MD durante 2016 y está previsto por Ley de Presupuesto 27.341 un aumento por 38.200 MD más en el corriente año. En total, 72.700 MD de incremento de la Deuda Pública en dos años (con la importante aclaración que se trata sólo de la deuda del Estado Central, es decir, sin provincias, municipios, Banco Central, empresas oficiales, etc., cuyos montos también crecen, paralelamente pero por separado).
b)    Toda la Deuda Pública que vence por capital se refinancia íntegramente – hasta el último centavo – y además se toma la nueva deuda citada. La mayoría de estas deudas está contraída y se sigue contrayendo ahora en moneda extranjera: es el 68 % de la Deuda Total. Y a la vez viene incrementándose nuevamente la proporción de deuda con residentes del exterior, esto es, la Deuda Externa Pública, que suma el 35 % de la Deuda Total (que es así porque gran parte de la deuda local está emitida en dólares).
c)    Con el aumento de la Deuda aumenta más que proporcionalmente el quantum de los intereses a pagar, que son parte del Gasto Público Corriente y, por ende, también causantes del incremento del Déficit Fiscal: un aumento deficitario que se cubre con más deuda. Los intereses de la Deuda eran de 104.100 M$ (Millones de Pesos, equivalentes a 9.800 MD) según las previsiones originales del Presupuesto 2016 (Ley 27.198), pasaron a 186.500 M$ (≡ 12.400 MD) según el ajuste producido durante el ejercicio pasado y están fijados en 246.600 M$ (≡ 13.800 MD) para el 2017; siendo así que el monto de los Intereses crece fuertemente con el stock de la Deuda, y en la misma proporción según tipo de moneda.
d)    Dado que el Estado recauda en pesos pero tiene que convertir esos ingresos a moneda extranjera para pagar la mayoría de sus obligaciones de la Deuda Pública, al gobierno Macri le conviene – por lógica - mantener el retraso cambiario (cosa que ya ocurría bajo la administración Kirchner). Y en la medida que este endeudamiento sube, lo necesita.
e)    Para mantener un dólar bajo, compatible con las posibilidades de pago de los Intereses de la Deuda Pública y garantizar con ello la refinanciación permanente de sus vencimientos de Capital así como la continuidad de pago de tales intereses, el Banco Central (BCRA) aumenta sus tasas de referencia (por Lebac y por Pases Pasivos) para evitar que los grandes capitales especulativo-financieros se pasen al dólar, presionando la suba.
f)     Prisionero del arbitraje entre Tipo de Cambio y Tasa de Interés – en realidad, prisionero voluntario del sistema de la Deuda Pública perpetua – el BCRA queda subordinado al comportamiento extorsivo de los bancos y los grandes operadores financieros, que presionan la suba de las tasas que se les paga por letras y pases como alternativa para no pasarse al dólar.

Este esquema perverso es el que explica el problema de fondo que subyace en el actual dilema del gobierno Macri de tener que mantener y/o elevar las tasas de interés del BCRA para contener el aumento del dólar o tener que vender reservas internacionales para contener su escapada especulativa provocada por los grandes operadores financieros, internos e internacionales, que desequilibran la cotización del dólar mayorista.
Con el agravante que tanto el aumento del dólar como el de las tasas de interés, ambas se trasladan a los precios por efecto de los costos financieros y/o cambiarios sobre la Inflación.
De hecho, en las últimas semanas el BCRA ha vendido ya más de 1.300 MD de sus reservas para tratar de frenar el alza del dólar y ha mantenido elevada la tasa de interés de referencia – la tasa de los Pases Pasivos – en 26.25 % anual.
Siendo que paralelamente el citado traslado a precios continúa presionando sobre la Inflación vigente, desviando cada vez más las proyecciones correspondientes al corriente año del 12-17 % pautado en el Presupuesto 2017 a un nivel que – según las principales consultoras - no bajaría del 22-24 %.

Notablemente, la trampa de Deuda Perpetua en que está metido el gobierno Macri – y que sigue profundizando con más endeudamiento sin capacidad alguna de repago – lleva al encarecimiento y descontrol de las tres variables que están en juego: Tipo de Cambio, Tasa de Interés e Inflación.
Porque el aumento del dólar se traslada a los precios, las tasas de interés se aumentan con el argumento de frenar la inflación y también contener el tipo de cambio, y la Inflación es causa y efecto de las otras dos.
Pero de estas tres variables – lógica y fuertemente relacionadas entre sí – cuál es la que manda ?
-       El titular del BCRA, Sturzenegger, sostiene que sube las Tasas de Interés para contener la Inflación pero esta política de dinero caro – llevada a cabo durante su año y medio de gestión – no ha tenido los efectos esperados y, por el contrario, la retro-alimenta en gran parte vía costos financieros y cambiarios.
-       El objetivo primario de esta política de altas tasas por parte del BCRA, en realidad, no sería el freno de la inflación sino el ofrecimiento a los acreedores de Lebac de una alternativa más rentable para evitar una migración de esos capitales especulativos hacia el dólar.
-       A su vez, el uso de las reservas de divisas – como forma de intervención directa en el mercado de cambios - y la citada suba de las tasas de interés – como forma de acción indirecta del BCRA - no detienen, sin embargo, la retroalimentación de las dos variables ni la Inflación, que por el contrario sigue creciendo por ambos motivos a la vez.
No es casual que esta nueva corrida mayorista por tipo de cambio y tasas de interés – aparte de la coyuntura de las PASO – vuelva a producirse (como la anterior del 18.7) pocos días antes de la nueva mega-renovación de Lebac del próximo martes 15.8, por otros 530.000 M$ (la mitad de la cartera de letras del BCRA).
En el marco de esta perfecta encerrona financiera y cambiaria, la administración Macri no defiende el valor del Peso – carcomido por la Inflación – sino el valor del Dólar, que es lo que realmente necesita tener estabilizado y retrasado para poder garantizar a los acreedores de la Deuda (Fiscal y Cuasi-Fiscal) su capacidad de pago relativa para poder seguir abonando intereses de la Deuda Externa y refinanciando permanentemente el Principal de las obligaciones.
La campaña por las Paso – como todos los inoperantes procesos pre-electorales internos que se dan en el país – y la multiplicación de sonados casos policiales y denuncias de corrupción contra la ex administración K (omitiendo la corrupción propia M, con los Panamá Papers a la cabeza) actúan, como siempre, como distractivos de toda esta operatoria ruinosa que se sigue produciendo y ampliando en detrimento de las Finanzas del Estado.
Prácticamente toda la Partidocracia con representación significativa en el Congreso es cómplice – por acción y/o por omisión – del encubrimiento de estos hechos que se están produciendo bajo las narices del Pueblo Argentino, que es quien en definitiva termina pagando el costo de este sistema de la Deuda.
Las Paso son, en la práctica, el sondeo pre-electoral forzado con que el oficialismo macrista espera preparar las correcciones que necesitará para remontar sus debilitadas posiciones frente a los comicios parlamentarios de Octubre.
Porque para poder cumplir con las exigencias crecientes de pago a los acreedores el gobierno Macri necesita mejorar su participación en el Congreso ya que si no obtiene dicha mejora no estaría en buenas condiciones como para aprobar las leyes de reforma laborales, previsionales, tributarias y de coparticipación que necesita para garantizar el pago de los servicios de la Deuda Externa que sigue contrayendo en gran escala.
Y el problema de conseguir este resultado – pese al apoyo de la tríada Oficialismo-Partidocracia-Medios – se le hace paulatinamente más difícil.  
El gobierno Macri – después de un año y medio de gestión – trata de seguir vendiendo expectativas dado que no puede mostrar resultados y – paradójica o sintomáticamente – su mejor socio en esta tarea es el Kirchnerismo, que le deja plantear la falsa antinomia que le permitió ganar las elecciones presidenciales del 2015 sin votos propios: el Cambio o el fantasma del retorno K.
Es la forma en que el Electoralismo de la Partidocracia – funcional al Capitalismo Financiero - se burla de la verdadera Democracia.