lunes, 20 de febrero de 2017

PRÓLOGO AL TOMO IV


DEL LIBRO “PROBLEMÁTICA DE LA DEUDA PÚBLICA ARGENTINA”
DE HECTOR LUIS GIULIANO

(18.2.2017)

El objeto central de esta obra es analizar la naturaleza y alcance del problema de la deuda pública argentina, tratando de responder a una pregunta de fondo: ¿frente a qué tipo de problema nos encontramos cuando hablamos de deuda?
La palabra problemática resume el conjunto de problemas vinculados a un tema o materia determinada, que en este caso específico se refiere a la Deuda y su relación básica con las finanzas del Estado.
La idea subyacente es identificar y profundizar el estudio del condicionamiento constante y total que dicha problemática de la Deuda Pública ejerce sobre la cuestión financiero-fiscal y, consecuentemente, sobre las políticas económico-financieras de los gobiernos de turno.

CONCEPTOS PRELIMINARES
Antes de iniciar la serie de los trabajos que componen esta obra es necesario comprender la lógica bajo la que estos textos han sido encuadrados; y para ello es preciso definir tres conceptos básicos, sin los cuales todo lo que se desarrollará después corre el riesgo de no ser debidamente entendido:
  1. La Deuda Pública es un condicionante total y absoluto de todo lo que ocurre en nuestro país en materia financiera, económica y política. Y si no se comprende esta importancia crucial que la deuda tiene en la realidad argentina no se entiende el peso decisivo de la influencia financiera en las decisiones políticas de gobierno.
  2. La Deuda no es un hecho aislado, algo que nos pasó una vez y ahora hay que sufragarlo hasta que sus efectos se extingan con el tiempo. No, esto no es así: la Deuda es un Sistema permanente – un proceso que se retro-alimenta y que crece día a día, sin solución de continuidad - y, como tal, un sistema es un conjunto de piezas o elementos dispuestos hacia un fin, esto es, siguiendo una determinada lógica.
  3. Siendo entonces la Deuda un Sistema se impone la pregunta de cuál es la lógica que lo rige; y la respuesta es que la Deuda Pública está regida por una lógica de Usura.
Todos nosotros hemos oído hablar de la palabra usura entendida como el interés excesivo que se cobra sobre un préstamo u operación financiera en general.
Y es también la situación de preponderancia o mayor fuerza del acreedor en su capacidad de negociación frente al deudor, de modo que se rompe el sinalagma o contraprestación contractual justa y equitativa entre las partes; de lo que surge un estado de servidumbre o dependencia del deudor en relación con el acreedor.
Esta interpretación es cierta aunque la podríamos denominar definición horizontal de la Usura: una definición que es válida para identificar la forma – o una de las formas – en que se presenta el problema pero que toca más al modo en que se produce y funciona la usura que al fondo causal o lógica final de la misma.

Todo el mundo cree – o se le hace creer – que el prestamista usurero, esencialmente el prestamista profesional o colocador especulativo de fondos, es alguien que actúa mal pero que en definitiva tiene razón porque lo que quiere es que le devuelvan su dinero prestado a interés.
Pero ello no es así: lo que el prestamista usurero realmente quiere no es que el deudor le devuelva su dinero – con los intereses pertinentes – sino, en realidad, que no se lo pueda devolver nunca puesto que ese prestamista vive precisamente de prestar dinero en forma indefinida refinanciando el  capital o principal de la deuda impaga.
Lo que en realidad quiere el usurero – desde esta perspectiva vertical o de fondo – es lograr por medio de su dinero una renta financiera permanente sin que el deudor, como sujeto pasivo o dependiente, pueda sustraerse de la trampa de una deuda perpetua.  
Y esta regla es siempre la misma y se cumple para todos los entes deudores de la Economía: los hombres y sus familias, las empresas y los Estados.

Por eso, cuando se incurre en la trampa de la Usura – básicamente, la toma de deudas sin la debida capacidad de repago - este proceso de endeudamiento no es reversible ya que las obligaciones que se asumen están condenadas inexorablemente a no poder ser pagadas a su vencimiento, con lo que se cae en la necesidad de refinanciarlas permanentemente, pagando tales deudas con nuevas deudas bajo un esquema que deviene de deuda perpetua.
Quien no entienda desde un comienzo esta lógica de la Usura y su funcionamiento es probable que no entienda gran parte de lo que vamos a exponer aquí.

MECÁNICA DEL ENDEUDAMIENTO PÚBLICO
La lógica de la trampa de Usura, arranca tradicionalmente con un proceso de macro-endeudamiento inicial  promovido por políticas de gobierno basadas en la toma de fuertes deudas externas que, sin capacidad de repago, se transforman luego en deuda perpetua.
La clave reside en que esta toma de deudas – como pasa con la droga – se hace con dosis iniciales aparentemente controlables y no peligrosas pero a poco de andar se revelan cada vez más gravosas e inmanejables, tanto por el aumento de los servicios – por capital e intereses y comisiones – como después por el anatocismo o capitalización de intereses impagos.

Los prestamistas financieros – que constituyen el estamento de los grupos más poderosos del mundo que manejan este rubro de macro-negocios de la deuda pública, de grupos que operan en forma interconectada a nivel internacional y que actúan no sólo por vía voluntaria sino de modo coercitivo o compulsivo – estos prestamistas o tomadores/colocadores de bonos son los que inician esos procesos de endeudamiento de los Estados y son comúnmente también los mismos que luego los conducen, como guías y operadores de los países deudores, en los pasos sucesivos de restructuraciones forzosas de deuda y nuevas operaciones de re-endeudamiento.
Una vez instalado tal conjunto de deudas, el pago y/o los costos de los servicios por capital e intereses van pesando cada vez más dentro del Gasto Público y devienen factores determinantes de los déficits fiscales - primario y de resultado financiero - desequilibrando la estructura de financiamiento del Estado.

Se entra así en un perfecto círculo vicioso de Usura donde: 1) El pago de Intereses pesa sobre el Gasto Corriente, 2) Los vencimientos de Capital no se amortizan en forma neta sino que se pagan con nuevas deudas (novación con los mismos acreedores o con terceros), 3) El Déficit Fiscal crece por efecto no sólo del aumento de los Gastos Generales sino particularmente por el aumento de los Servicios de la Deuda, 4) Los vencimientos de Capital se refinancian en forma íntegra (como es el caso argentino) y además se toma continuamente deuda adicional, y 5) El aumento del Déficit – causado en gran medida por los servicios y/o condiciones del endeudamiento - se cubre con nueva Deuda.
Esto conlleva un perverso proceso de cambio en la estructura de financiamiento fiscal porque el Estado tiene tres fuentes clásicas de financiamiento:

  1. La recaudación tributaria (impositiva y previsional).
  2. La emisión controlada de dinero (cuando el ritmo de expansión monetaria se corresponde con un aumento proporcional del crecimiento económico). Y
  3. La Deuda Pública, que no es ni debe ser una fuente regular sino excepcional o extra-ordinaria de ingresos (históricamente ligada a las necesidades de financiación de guerras o a las reconstrucciones posteriores a catástrofes naturales).
Con la importante salvedad que la Deuda – a diferencia de las dos anteriores - es una fuente de financiación que conlleva un costo porque el dinero que se obtiene prestado paga intereses.
Cuando los niveles de endeudamiento empiezan a crecer desproporcionadamente, los gobiernos apelan vez cada más a sus recursos corrientes para poder pagar estos servicios de intereses crecientes (lo que genera procesos internos de ajuste fiscal, directos o indirectos); sin cancelación del capital o principal dado que se trata de obligaciones contraídas carentes de capacidad de repago y que el peso irreversible de los pasivos financieros de arrastre hacen inviable su amortización.
Así, como estos recursos ordinarios o genuinos no resultan suficientes para cubrir el aumento de los pagos presentes de estos intereses de la deuda ni para garantizar los pagos futuros, los gobiernos apelan a incrementar la presión tributaria y/o la emisión de dinero sin respaldo, que conllevan efectos clásicos y conocidos: inflación interna por traslación  de la carga impositiva a los precios y por aumento de la masa monetaria sin correlato en el aumento de bienes y servicios.

Y con ello termina dándose la paradoja – como en el caso argentino – que los gobiernos apelan a aumentar cada vez más las dos primeras fuentes de financiamiento – la Presión Tributaria y/o la Emisión Monetaria - para sufragar los costos de la tercera fuente: la Deuda. Por lo que la Deuda Pública provoca, en última instancia, la distorsión de la estructura de financiamiento del Estado.-  (*)
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(*) UNA NOTA SOBRE LA METODOLOGÍA DE TRABAJO
Normalmente se entiende que los análisis y las ponencias de solución respectivas a los grandes problemas nacionales requieren dos etapas clásicas de base: Diagnóstico y Propuesta Alternativa.
Pero este enfoque tradicional omite muchas veces un tercer elemento cuya consideración es condicionante de los otros dos.
Por razones metodológicas, sabemos que no hay propuesta de alternativa que dé o pueda dar respuesta a un problema sin un buen diagnóstico previo.
Pero antes de ello es necesario identificar correctamente el problema que va a ser objeto de estudio o análisis bajo ese esquema diagnóstico-propuesta.
Una falencia frecuente que se presenta en nuestro país al tocar los grandes problemas nacionales es que se trazan diagnósticos -  a veces buenos diagnósticos – pero sobre problemas mal identificados.
Y el caso de la Deuda Pública es uno de ellos – ya sea que se produzca por omisión impensada o deliberada - porque si no se entiende su naturaleza e importancia, si no se percibe en qué forma y hasta qué punto las decisiones financieras en esta materia condicionan y determinan las decisiones de los gobiernos no puede entenderse, en realidad, el trasfondo de lo que pasa en la Argentina en el campo financiero, económico y político.

Hecha esta aclaración preliminar, pasamos a continuación al desarrollo de los términos concretos en que está dado el problema de la deuda argentina hoy y lo hacemos a través de toda la serie de trabajos que integran esta obra, donde se analizan en forma pormenorizada prácticamente todos los aspectos principales de esta problemática del endeudamiento.