sábado, 23 de enero de 2016

VOTAR O NO VOTAR: ESA ES LA CUESTIÓN






Por Emilio Nazar Kasbo

DIARIO PREGÓN DE LA PLATA, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2014



La Revista Gladius ha sido objeto de un artículo del Prof. Dr. Héctor H Hernández, escrito como pretendida refutación al libro “La Perversión Democrática” del Prof. Dr. Antonio Caponnetto.

OBJETO:
En su artículo, el Dr. Hernández busca confundir a los lectores, como si la oposición del Dr. Caponnetto fuese al voto mismo y no al sistema en el cual se está votando, además de universalizar la cuestión e igualando la votación en un sistema legítimo que en un sistema ilegítimo.
Pero la cuestión central, es cómo actuar ante el presente sistema. ¿Negar el voto y toda participación? ¿Participar del régimen votando y aceptar cargos como funcionario? ¿Cómo reaccionar ante el sistema?
Según el Dr. Hernández, la convocatoria del Dr. Caponnetto resta adeptos a quienes quieren participar. Y según el Dr. Caponnetto, la participación en una estructura de pecado (lo digo en palabras de San Juan Pablo II en su Encíclica Solicitudo Rei Socialis), es pecado.
Ambos buscan instaurarlo todo en Cristo, y parecen posiciones inconciliables.
No ingresaré a la discusión terminológica ni a las cuestiones accesorias. Simplemente dejo planteado el tema que considero central, para tratar lineamientos de su resolución.

HECHOS:
La Edad Media fue dañada y acabó como víctima de la decadencia en la Baja Edad Media mediante los cuestionamientos del Humanismo, del Iluminismo y del Renacimiento, surgiendo ideas paganas expuestas por cristianos, como “la duda metódica” de Descartes, “el democrático hombre bueno” de Rousseau, y “el autoritario hombre malo” de David Hume. El liberalismo se introdujo en la sociedad, la Reforma bendijo el progreso material en sí mismo, pretendiendo que tal es una bendición de Dios, y así surgió la explotación del hombre por el hombre durante la Revolución Industrial. El marxismo intentó dar “respuesta” al liberalismo, planteando una sociedad futura mesiánica socialista, yendo de la “dictadura del proletariado” a una anarquía en que el Estado sería disuelto, y ante este imposible “paraíso terrenal” prometido por Marx y sus seguidores, los Papas empezaron a pronunciarse sistemáticamente sobre la “cuestión social”.
Resulta que la Doctrina Social de la Iglesia fue conformada inicialmente por la Encíclica Rerum Novarum, y en el tiempo fueron desarrollándose las investigaciones que dieron por resultado los Códigos de Malinas, que han servido de base a las Encíclicas sociales de los Papas. Conforme tales Códigos y avances, el sistema que más se compadece con la prédica católica, es el Sistema Corporativo.

Sucedió que hubo regímenes que de diversa manera aplicaron tal régimen, algunos con desviaciones espirituales condenadas oportunamente por el Magisterio de la Iglesia Católica, todos alineados con El Eje de la II Guerra Mundial. Y como El Eje perdió ante los Aliados, el régimen corporativo fue identificado con los perdedores, y los perdedores con criminales de guerra. Solo España con Franco continuó con el Régimen Corporativista hasta su muerte en 1974, junto con el breve período de Oliveira Salazar en Portugal. Ya no hay más regímenes corporativistas en el mundo.

En Argentina, resumiendo las últimas décadas, hubo un movimiento terrorista subversivo que buscaba el denominado “vacío de poder” para asumir por las armas, en una clara guerra espiritual, cultural, económica, política y militar. Fueron alzamientos contra el tercer gobierno del General Juan Domingo Perón, luego contra su viuda en ejercicio de la Presidencia, Isabel Martínez de Perón. Dicha guerra fue vencida por el Proceso de Reorganización Nacional, un gobierno militar que asumió con el compromiso de volver al régimen democrático. Tras la Batalla de Malvinas, (1) en 1983 se hizo la convocatoria a elecciones, idealizando el régimen democrático (2), y de allí en más se comenzaron a cumplir todos los pasos correspondientes:

GOBIERNO DE RAUL ALFONSÍN
1-      Ataque a la Iglesia Católica (3)

2-      Ataque y desprestigio de las Fuerzas Armadas (4)
3-      Ataque a la familia (5)
4-      Endeudamiento internacional, y traición al establecimiento de un Club de Deudores de la Deuda Externa
5-      Desastre económico con hiperinflación (6)

GOBIERNO DE CARLOS SAUL MENEM
6-      Pérdida de la soberanía monetaria (7)
7-      Introducción de la droga y su expansión en consumo y producción
8-      Disolución de los sindicatos de Estatales y disolución de la fuerza sindical, con remate de todas las Empresas del Estado
9-      Endeudamiento externo
10-  Farandulización de la política

GOBIERNO DE FERNANDO DE LA RÚA
11-  Descalabro económico por recesión
12-  Denuncia de compra de leyes en el Congreso de la Nación
13-  Establecimiento del “corralito” bancario
14-  Manifestaciones sociales con represión

GOBIERNO DE EDUARDO DUHALDE
15-  Establecimiento de planes sociales

GOBIERNO KIRCHNERISTA
16-  Utilización de planes sociales para obtener rehenes políticos y culturales
17-  Argentina se convierte en un país de consumo, producción, tránsito y tráfico de drogas
18-  Establecimiento del “matrimonio homosexual” y promoción del aborto y de métodos de manipulación genética y biológica para la concepción y nacimiento de los niños
19-  Inversión cultural educativa (siguiendo la Escuela de Frankfurt)
20-  Ataque a la actividad Agropecuaria y a los representantes del Campo
21-  Acusaciones de corrupción (uso del poder para enriquecimiento personal)
22-  Recesión económica con gran distribución social de dinero inflacionario, marginación socioeconómica y cultural a grandes escalas
23-  Emisión de moneda exagerada
24-  Inflación encubierta por manipulación de estadísticas
25-  Endeudamiento internacional

CUESTIÓN PRÁCTICA
No obstante lo dicho, debemos destacar que la Política es una cuestión de aplicación de la Prudencia, de la cual depende la Justicia.
El Dr. Caponnetto tiene la razón, indiscutible, en todas sus críticas al régimen democrático, porque no es sólo un régimen sino una religión, que afecta la espiritualidad del católico. Y aunque el católico la rechace como religión, la democracia actual, en su actual concepción y aplicación involucra precisamente esa faz espiritual que la convierte en pecado.
El Dr. Hernández tiene también la razón, en cuanto pretende frenar la debacle que sobrevendría de no existir frenos al sistema, que todo lo invertiría de modo inmediato. Claro que hoy queda poco por invertir… la aprobación legal del nudismo, del incesto, de la pedofilia y del bestialismo, tal como lo anunciara el Dr. Palumbo poco tiempo antes de fallecer, como etapas de degradación social que sobrevendrían. ¿Y después? Y después la Nada Absoluta, el Nirvana social, el sufrimiento de Caín rechazando a Dios, elevado socialmente a rango de suicidio colectivo… o víctima de la espada militar islámica de la yihad que cortará la cabeza de abúlicos y que sólo dejará vivos a quienes acepten al falso profeta, para imponer la sharia. Porque el mundo sin la Verdad del Catolicismo sólo puede ser presa de la angustiosa anarquía o de la imposición de la violencia de una religión mentirosa. Así, la acción de los católicos busca frenar y dilatar en el tiempo el fatal desenlace, en vistas a que alguna vez pueda socialmente instaurarse todo en Cristo.

Las constituciones liberales, lo que han hecho es establecer un sistema eleccionario con independencia de la calificación de las personas postuladas o electas, conjuntamente con una serie de normativas que permiten por la vía interpretativa su aplicación tanto para la ortodoxia como para la heterodoxia, tanto para el Bien Común como en su contra. Por eso, surge una pretendida imposición de que la Ley no debe definir, y ello porque coartaría la posibilidad de torcer lo dicho, porque la definición impide falsas interpretaciones. Por ejemplo el requisito de que el Presidente de la Argentina debía ser “de Comunión Católica”, fue interpretado no como lo que dice: que debe Comulgar; por el contrario, fue interpretado como “estar bautizado”; todo lo cual puede ser permitido por la falta de definición de los términos, o por su ambigua utilización, o por una retorcida reinterpretación para afirmar en realidad que lo que se dice en realidad es otra cosa.

MI EXPERIENCIA PERSONAL:
En lo personal, repudio este sistema tanto como el Dr. Caponnetto, y comparto su análisis acerca de las desviaciones. No obstante ello, la Doctrina Social de la Iglesia nos manda a que como ciudadanos ejerzamos nuestros derechos como tales. Y voy a decir públicamente lo que mis conocidos conocen: no soy ni radical ni peronista, ni mucho menos liberal o de izquierdas. Soy argentino. No me encuentro afiliado a partido político alguno, y las razones han sido debidamente expuestas por el Dr. Caponnetto.

La reflexión práctica es que: si no hay un movimiento de restauración integral nacionalista católica que sustituya el sistema vigente, las cosas continuarán su curso normal, dado por las elecciones universales réprobas, designándose a determinados candidatos que ejercerán el gobierno, lo cual es un hecho que no se puede poner en discusión.
Personalmente, en 1985 voté para diputado a Herminio Iglesias (fue la primera elección en la que estuve habilitado para votar), y en 1987 a Antonio Cafiero para Gobernador. En 1989 voté a Carlos Menem para Presidente, y voté su reelección. En 1999 voté a Eduardo Duhalde a Presidente (prometía incluír a la Argentina en el Jubileo del año 2.000 que planteba el Papa San Juan Pablo II) y la lista de Fernando De la Rua, después en 2003 voté por Menem y también lo habría votado en el ballotage contra Néstor Kirchner, pero como Menem no se presentó asumió Kirchner con el 20% de los votos válidos emitidos. No voté directamente, me ausenté, y no voté en las elecciones para la reelección de Néstor Kirchner. 

Durante el régimen kirchnerista, siempre voté a opositores de orientación peronista, como a Rodríguez Saa. Siempre que voté, lo hice por el candidato que consideré mejor entre los menos malos, y además hice cortes de boletas, incluyendo a partidos que no vencieron en las elecciones pero con los cuales me he visto más afín en sus plataformas, y he colaborado externamente con los mismos sin jamás postularme como candidato (incluyendo por ejemplo el Partido Principista Conservador, el Partido de la Independencia, el MODIN, el PPR, la lista local del Partido FE del "Momo" Venegas, de Rodríguez Saá y del duhaldismo).

He votado, pero eso ¿era pecado? Elegí las boletas donde estaba el nombre de seres humanos que son víctimas también del Pecado Original, teniendo además en cuenta que incluso ahora hay candidatos por ejemplo próvida (que no llegan porque tienen vedado el ingreso). No obstante eso, el sistema pone dos malos y uno bueno, y hoy no necesita ganar con el ciento por ciento, sino que le basta con obtener “la mitad más uno” para ganar, sin importar el resto. Se trata de una cuestión pragmática del sistema. Como el curso de la acción provoca que esté “todo mezclado”, peronistas con radicales, con socialistas y comunistas, hombres y mujeres, ricos y pobres, y así sucesivamente en una especie de “Cambalache”, todo como estrategia de “síntesis” marxista de pretensos opuestos. Si bien esto está en el sustrato, mi intención no ha sido ni compartir tales postulados teológico-filosóficos (que involucraría cometer un pecado contra el Primer Mandamiento), sino votar por personas que podrían implementar principios de la Doctrina Social de la Iglesia… porque podrían convertirse un día. Para eso se reza por las autoridades civiles, porque Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y crea.

No tengo opción de que haya una boleta "antisistema" para votar, una especie de "botón antipánico" en el Cuarto Oscuro. No asistir a la elección, también es parte del sistema, porque al no asistir se reduce la cantidad de personas que emitirán su voto, los cuales no tienen incidencia en la elección de quien efectivamente será una autoridad (formal, pero también real), que impondrá los tributos a los cuales quien repudia el sistema deberá abonar utilizando el dinero que el mismo sistema le proveerá en caso de que logre la suma suficiente. Porque el sistema en su veta económica es usurario, endeuda a los ciudadanos con los impuestos o con los bancos, para quebrarlos y conducirlos a la miseria, a que sean eternos deudores.
Por eso, votar o no votar, forma parte de las estadísticas del "sistema". La diferencia no está allí, porque resulta indiferente la opción en sus resultados. La diferencia está en saber cuál es la acción que se debe emprender para incidir y que triunfe el OMNIA INSTAURARE IN CHRISTO.

"ARRIBA LOS DE ABAJO"
Hace un tiempo, la izquierda promovía como lema propiamente revolucionario la siguiente frase: "arriba los de abajo". Es decir, que asuman los que no tienen poder, para que actúen como los que hoy tienen el poder sometiéndolos. Esto define la esencia de la actual democracia, y ya Antonio Gramsci lo promovía, porque expresaba que si la Iglesia Católica aceptase intervenir en la actual democracia, sometería al voto popular sus verdades, y las relativizaría: hoy triunfarían, pero mañana triunfaría el comunismo e impondría sus propias reglas. Ahora bien, si los de abajo llegaran los de arriba... ¿habría que seguir con el mismo lema y hacerlos bajar para volver a lo que antes estaba? Una ridiculez que es consecuencia del pensamiento revolucionario propiamente inconsecuente.
He tenido la ocasión de conocer personalmente al actual Presidente de Perú, Ollanta Humala y dialogar con su esposa, así como a Alejandro Toledo Manrique y también dialogar con su esposa, antes de que ambos fuesen presidentes. He visto cómo tienen promesas, cómo el sistema los cambia, cómo los rodea, cómo marginan a sus colaboradores iniciales y los suplen por tecnócratas que se someten a los intereses internacionales de cualquiera de los lados de la sinarquía internacional.
En ejercicio de la labor como periodista, tuve y tengo oportunidad de encontrarme con las autoridades. Se trata de seres humanos, comunes y corrientes, magnificados por los actuales medios masivos de comunicación (que son de incomunicación y que debieran ser sociales, no masivos). Tales seres humanos, antes de trepar al cargo, tienen una cierta humildad, y su duda acerca de alcanzar efectivamente el poder fortalece tal actitud.
En épocas eleccionarias, se produce una “adrenalina” tal que los asemeja a jugadores de carreras esperando que el caballo propio gane… y si pierde es la gran frustración después de haber comprometido todo, incluso el patrimonio personal y el tiempo familiar, con el fracaso de ver cómo es abandonado por todos sus adláteres para quedar reducido a sus antiguos amigos verdaderos. Pero si gana, la euforia se apodera de él, y no demorará mucho en encontrar a “nuevas amistades” que lo guiarán por nuevos caminos para él desconocidos, incluyendo a las autoridades salientes que le trasladarán al cúmulo de moscas que rodean el poder. El pragmatismo le hará torcer todos sus planes y acabará haciendo lo contrario a lo que decía, hacía y pensaba… al punto de cambiar el auto, la casa y el cónyuge, acabando en la infelicidad personal con un aparente éxito sociopolítico que esconderá su fracaso.

CÓMO FUNCIONA “EL SISTEMA”
El “sistema” democrático no es más que un negocio, tal y como está planteado en la actualidad. Y contaré lo que un amigo nacionalista peruano que es candidato a elecciones me detalló:
Se requiere una inversión de 300 mil dólares. Inicialmente se contratan señoritas que junten firmas en diversos puntos del país para armar un partido político nuevo. Obtenidas las firmas, se obtiene la legalización, y un reducido núcleo de amistades del “inversor” designan las autoridades. Como son pocos los que efectivamente logran la legalización de un partido político por los frenos burocráticos, el “inversor” se encuentra ante un “bien escaso” en el “mercado” partidario, y eso es lo que ahora tiene valor y “se vende”. Primero buscará a quienes lo alienten, simpatizantes con un programa de acción abstracto, porque más que afines al programa quienes se acercan son afines al poder, es decir, a obtener un cargo. Después empieza la fase de negociación. Se vende el cargo de primer candidato por valor de 300 mil dólares, con lo cual se obtendrá el retorno de la inversión inicial. Asimismo, se seleccionará a quiénes integrarán la lista: 1) a los que son capaces se les dirá que no tienen el número de seguidores adecuados y que su aporte dinerario al partido no es suficiente; 2) a los que tienen un número de seguidores suficiente, se les dirá que no tienen dotes y capacidad, y que su aporte en dinero al partido no es suficiente; y 3) a los que tienen dinero suficiente, se les dirá que no tienen un número importante de seguidores y que tampoco tienen suficiente capacidad técnica para la postulación frente a otros que son más capaces. La honestidad está al margen de toda responsabilidad o crítica. Como mínimo, el “inversor” debe lograr 900 mil dólares al llegar al tiempo de las votaciones. Y una vez en el poder, los elegidos harán lo que se les venga en gana, sin importar nada de lo que hayan dicho o prometido antes.

La segunda cuestión del sistema, es el uso de medios masivos de comunicación para instalación o desinstalación de candidatos, además de toda una serie de artilugios propios de la propaganda política y del denominado “marketing político” para conseguir captar la atención de votantes, debilitar a contrincantes, consolidar a los propios seguidores y utilizar a candidatos intrascendentes de modo momentáneos en vistas a derribar a un contendiente, entre otras “técnicas” utilizadas, todo con total independencia del Bien Común. Una difamación por una pequeña falla, puede derrumbar al mejor de los candidatos, al mismo tiempo que grandes perversiones y delitos pueden ser disimulados por los mismos grandes medios para impulsar al contendiente.
La tercera cuestión del sistema, es el procedimiento de reglamentación de las votaciones preelectorales, y el procedimiento de impugnación de votos postelectoral, todo lo cual favorece a quien impone las normas en desmedro de sus futuras o presentes víctimas. Aquí juega un papel muy importante la justicia electoral, que termina de definir quiénes son los que efectivamente ejercerán una función respecto de candidatos que estén “en vilo”. Y finalmente, el régimen de subrogancias cuando un candidato se toma licencias es el último factor para tener en cuenta en el momento de las votaciones.
El dato que es dado como “frutilla del postre”, o “sapo para tragar”, es la imposición de que “la democracia es el sistema menos malo de gobierno”, que es “el único”, o que es “el mejor”. “Si no hay democracia, ¿entonces qué?”
¿ENTONCES QUÉ? ¡ENTONCES IMPLEMENTAR EL SISTEMA CORPORATIVO QUE LA IGLESIA CATÓLICA SIEMPRE HA PROMOVIDO!

CÓMO SE INCIDE EN EL SISTEMA
Aquí debemos distinguir entre Poder Formal y Poder Real. Del sistema democrático actual, se puede concluir que siguiendo el procedimiento (con las aclaraciones indicadas acerca de sus obstáculos a sortear por los candidatos), resulta designada una autoridad que ejercerá el gobierno en su ámbito con poder real. Sin embargo, Poder Formal y Poder Real no se identifican en sí, y pueden ser disociadas.
De modo que si se disociaran, el Poder Real siempre se impone sobre el Poder Formal, porque en este último caso se trata de una forma vacía de contenido. Y ¿Cómo se establece el Poder Real? La respuesta, después de lo que hemos afirmado, es más que obvia: siguiendo la Doctrina Social de la Iglesia en su integridad, se deben reunir corporativamente los católicos y establecer gremios católicos, con elecciones adecuadas a las disposiciones que los coordinen internamente y entre sí de modo vinculado. De allí se obtendrán autoridades por barrios, por ciudades, por Provincias y Nacionales, quienes serán interlocutores idóneos, aptos y con suficiente capacidad y representatividad (Poder Real otorgado directamente por Dios) para entablar un diálogo con quienes ocupan el Poder Formal. De modo además que si trastabilla este Poder Formal por los habituales ciclos liberales o por la habitual rigidez socialista (pues ambos extremos condenados tienen sus momentos de “colapso”), sólo queda el Poder Real para asumir las actividades del Poder Formal.
Si bien tal es la “teoría”, en la práctica involucra establecer gremios. Y también la práctica nos indica que hay una adoración a Dios y al dinero, que ese es el obstáculo por el cual no hay ni una mínima posibilidad de establecer gremios católicos. Lejos ello de la indiferencia ignaciana ante los bienes y de la pobreza franciscana. Tales apegos muestran la consecuencia de que algún principio liberal ha inficionado el espíritu católico. Y esto sólo puede ser superado por Gracia de Dios, y no por una acción humana calculada, medida o aplicada.
No se requiere ningún “golpe de Estado”, ninguna “revolución”, ninguna “transigencia” con “el sistema” ni repudiar “el sistema”. Se requiere ejercer el derecho de asociación, de la libertad de asociación que aún no se encuentra prohibida. ¿Hay obstáculos para asociarse? Hay obstáculos para la acción conjunta, porque si hay una reunión un abismo separa a los reunidos: las propias ambiciones, los propios apegos, el propio liberalismo solapado, el propio “ego”…
¿Hay gente “en el sistema” que son católicos? ¿Hay gente fuera “del sistema” que son católicos? ¿Hay una incompatibilidad entre ambos para conformar GREMIOS CATÓLICOS que en su jerarquía sean interlocutores válidos ante representantes comunales, provinciales y nacionales? Considero que no, y que ambos incluso podrían unirse en tal emprendimiento. Pero tal consideración humana, choca y se da de bruces con la acción gremial concreta que se requiere, que no se dará por diferencias personales, y por apegos a los bienes (un apego de orden espiritual, y que daña la espiritualidad del “nacionalista católico” que actúa dentro o fuera “del sistema”).

EL “ENQUE” Y EL “CONQUE”
Si la solución está, ¿por qué no se implementa? Por el Pecado Original. No hay más explicación. Y porque falta mortificación, ayuno y penitencia para que Dios se apiade de nosotros, mientras vivimos en una anarquía satánica que va devorando a los niños, a la próxima generación, inoculándoles desde la más tierna infancia la pornografía de la educación sexual y el sentido hedonista de la vida, aguardando la muerte de las personas que hoy tienen más de 65 años, tras lo cual se venderá al mundo la versión de que “el mundo siempre fue así”, que jamás hubo una Cristiandad ni se han podido vivir virtudes sociales.
Si bien eso es mentira, que toda época fue igualmente pecadora, también es mentira que toda época careciera de virtudes o que hubiese sociedades más virtuosas que otras. En particular, la Edad Media se constituye como referencia de una sociedad en que si bien hubo pecados, sus virtudes los superaban.
El hombre propone y Dios dispone. El hombre puede prepararlo todo intelectualmente y hasta ejecutar las acciones tendientes a lograrlo, si Dios dispone lo contrario, tal acción será vacía. Por eso, mientras espero la solución que nos ofrece el Dr. Caponnetto, sigo en lo práctico lo que indica el Dr. Hernández pero sin ingresar como cómplice dentro del sistema, pero sí tratando de incidir en el mismo.
Indudablemente, no hay Catolicismo sin Sacramentos, y por tanto debe haber Sacerdotes y Obispos que asesoren y acompañen esto. Pero creo que muchos están inficionados de tal espíritu liberal, tienen apegos materiales incluso los más "zurdos", a la vez que asistimos al extravío moral eclesial. Por esta vía, con sacerdotes que repudian el "Valle de Lágrimas" y pretenden compartir el "festín" (que pertenece a los corruptos del Apocalipsis) como reivindicación "del mundo" que antes era despreciado... creo que no llegaremos muy lejos. Tampoco llegaremos muy lejos con Obispos que no toman las medidas que deben tener. Un sacerdote monje con fama de santidad, Abuna Arsen Atamian, me dijo una vez que "todo lo que te enseñaron cuando eras niño, es la Verdad" (refiriéndose al Catecismo). Lo mismo debo decir a cada uno de los Obispos y Sacerdotes que tienen más de 60 años: ¿Están transmitiendo el Catolicismo, la Fe y los Sacramentos tal cual los recibieron cuando fueron bautizados? ¿No perciben que hay algo que se ha desviado en la Iglesia? Si su respuesta es negativa, si considera que en la sociedad de hoy se predica lo mismo que hace dos mil años, un abismo nos está empezando a separar. Si lo que hoy se predica ha sido condenado como anatema por los Papas ¿puede ser enseñado hoy como ortodoxia? Si la Teología de la Liberación, por ejemplo, fue "condenada" (si utilizar la palabra "anatema"), ¿puede ser enseñada hoy afirmando que ha sido "reformulada" en su interpretación? Si los Obispos han juramentado transmitir lo recibido, y ahora hay una carga de contenidos que se transmiten que antes no existían y hay otros que faltan ¿están cumpliendo con su compromiso contraído ante Dios? ¿Existe una Pastoral sin Verdad? ¿Es más importante el transmisor que el Mensaje que debe transmitir? Aquí está el problema por el cual la Argentina no puede resurgir: Obispos sin Tradición.
Y mientras, aguardamos el Omnia Instaurare in Christo, el momento en que esté dada no solo la causa espiritual que es por todos conocida, el “por qué”, y que hoy involucra además una Logoarquía Cibernética. Pero también que al decir de Jordán Bruno Genta aguardamos que a quien sepa operativamente “el enque y el conque”.
Algún día se pondrán manos a la obra… si Dios opera con su Gracia en sus habituales indignos instrumentos… y siempre si Dios quiere. Algún día alguien hará ayunos y penitencias por la Patria para su palingenesia propiamente dicha, porque Occidente “ha muerto” tras su escisión de la Cristiandad. Esta materia que queda de la Argentina actual, un día volverá a unirse con su Espíritu Católico, y se levantará de entre sus ruinas para aleccionar al mundo, para que el hombre que ha dado todo por perdido, compruebe que en ese momento Dios opera.


NOTAS:
(- 1)    El Tratado de Paz con Inglaterra resulta nulo, porque fue firmado por el Dr. Carlos Saúl Menem siendo presidente y por su Canciller el Dr. Domingo Felipe Cavallo sin facultades otorgadas por el Congreso de la Nación, y la Constitución Argentina no tiene prevista la ratificación de actuaciones previas realizada por funcionarios en materia de Tratados Internacionales. Inglaterra firmó un Tratado Internacional tan válido con Menem y Cavallo, como si lo hubiese celebrado conmigo y con un amigo mío. En 1982 se rindió la Plaza de las Islas Malvinas, no la Argentina, y la situación continúa a la fecha porque un tratado que no siguió los procedimientos constitucionales no puede darse por válido. Por eso, estamos en GUERRA efectiva, y 1982 fue solo una Batalla. Así, debemos estar cada cual desde su puesto, haciendo valer los Derechos como Argentinos Católicos que somos. Cada cual ubicado en su puesto en la lucha.
(- 2)   Dijo en su campaña electoral el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, quien luego sería electo Presidente: “con la democracia se come, se cura y se educa”. Tales palabras exhiben crudamente cómo “la democracia” consistió en un mesianismo temporal condenado por la Doctrina Social de la Iglesia. El mismo Presidente, tras haber ganado las elecciones, reconoció que la mentira forma parte de las promesas electorales.
(- 3)   Siendo Presidente Raúl Alfonsín, durante un Tedeum, interrumpió al Capellán Mons. Medina, y subió al púlpito para decir que su gobierno era el más honesto de la historia del país. Poco tiempo después se difundieron las noticias de cómo el Banco Hipotecario sólo otorgaba créditos a miembros y amigos del partido gobernante, la importación de pollos para bajar el precio de la producción local que acabaron podridos en depósitos abonados por el Estado, los tinglados de Tierra del Fuego que habrían alcanzado para techar toda la isla, la importación de papas radioactivas de Polonia que habrían sido alcanzadas por el desastre de Chernobyl, etc.
(- 4)   Juzgamiento con condiciones y legislación de tiempos de paz a los militares, por hechos cometidos en situación de Guerra. Además, se juzgó con leyes posteriores al hecho del proceso, juzgando militares con leyes civiles.
(- 5)   Se estableció la Ley de divorcio
(- 6)   La inflación durante el año 1989 fue de aproximadamente un 4.000 por ciento


(- 7)   Se estableció como parámetro de la moneda nacional, su equiparación con una moneda extranjera (1 Peso = 1 Dólar Estadounidense)