jueves, 23 de octubre de 2014

COMPROMISO POLÍTICO


Homilía de monseñor Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma, para el domingo 19 de octubre de 2014

La primera instancia del compromiso político del ciudadano es saber qué es la política. Dejemos de lado tantas falsas concepciones de la Política. Las que se han ido definiendo según el mal proceder de dirigentes políticos o gobernantes de turno…

Acerquémonos a las que se han dado pensando en el mejor servicio a la sociedad humana. La más corriente es la de ser el arte de lo posible, sin embargo para otros como es el arte más noble, se ha llegado a afirmar que la política es un ir a través de ella “de la democracia que tenemos a la democracia que anhelamos”. Por eso si la entendemos en este sentido los ciudadanos han de tener como primera preocupación conocer el corazón de los candidatos, es decir, cuáles son sus sentimientos, sus anhelos, sus intereses, todo aquello que conforme una personalidad que hace la verdad y anhela construir una sociedad en la que se viva los valores fundamentales de una convivencia pacífica, solidaria, fraterna. Para esto el dirigente se ha de destacar por la búsqueda de la verdad, el respeto de la libertad de todos los seres humanos, por la búsqueda de la justicia en igualdad de posibilidades para todos desde una gran capacidad de solidaridad humana. Por eso que en las campañas electorales serias y responsables no interesan los afiches mostrando rostros o actitudes simpáticas, externas de los candidatos y de las candidatas. Tenemos que terminar con promesas incumplidas.

Puesto que la actividad política es un supremo acto de Caridad, la ciudadanía cristiana debe respirar el Evangelio también en la dimensión política de la existencia humana Como he venido repitiendo, la Iglesia debe entrar en política a través de las comunidades cristianas. En la comunidad cristiana, la ciudadanía en general, debe encontrar los valores humanos exigidos en el ejercicio de la política, en la acción política, desde el voto hasta la dirigencia partidaria según los casos. Cuando la comunidad cristiana cultiva la dimensión social política del Evangelio, surgen hasta destacados testimonios de políticos cristianos, es decir, ciudadanos bautizados que viviendo el Evangelio como expresión de su fe en Jesucristo, lo hacen en terreno político hasta grado heroico, dado el caso Miembros de Iglesia, viviendo su bautismo cristiano en diversos partidos o movimientos políticos se plantan en coherencia con el Evangelio renunciando a cualquier ventaja deshonesta o ante la más mínima violación de los Derechos Humanos.

Esto es responder al llamado de Jesús a que sus discípulos .sean sal, luz, levadura en el mundo que les toca vivir. Esto es la utopía realizable de transformar la política de sinónimo de mentira y corrupción en el arte de construir una sociedad en la verdad, la justicia, la libertad y el amor projimal, signo luminoso de un auténtico amor a Dios. Esto es el contenido cristiano del compromiso político. Esto es el único camino para rehabilitar el nombre y la función política de suerte que el político sea aquel que dice la verdad y que la hace en el amor solidario. 

Solamente con ciudadanía que respire el Evangelio se puede pensar en constructores de una nueva sociedad humana y humanizante. El tejido social es obra de la Política y la Política es el rostro de la Ciudadanía. Por eso, es acertado el dicho popular: “el pueblo tiene el gobierno que se merece”. Los electores ameritan sus dirigentes y los dirigentes surgen de la sociedad ciudadana. La educación del soberano se inicia en la niñez, se vigoriza en la juventud y se logra en edad adulta Para salir de una Argentina violenta y rehacer el tejido social en justicia y paz, la Argentina necesita que la Iglesia siembre en el surco de la Política, el Evangelio de Jesús ¿Cómo? No hay recetas pero se pueden dar orientaciones pastorales, que brotan del mensaje evangélico de Jesucristo. Una vez más se presentarán, en libertad, para la opción ciudadana necesitada de real liberación.

Mons. Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma