sábado, 30 de agosto de 2014

NO SE PUEDE SER CRISTIANO SÓLO PARA ADENTRO, HAY QUE PARTICIPAR




En el marco de las Jornadas sobre Fe y Política, el Legislador Aurelio García Elorrio, presidente de Encuentro Vecinal Córdoba, hizo declaraciones para el Diario del Centro del País, que reproducimos. El sábado 23 de agosto, disertaron también Monseñor Jofré y el Dr. Mario Meneghini.

“Los cristianos tenemos el deber de participar en la construcción de la sociedad. No se puede ser cristianos sólo para adentro y desentendernos de la situación comunitaria”, sostuvo el legislador provincial Aurelio García Ellorio en un alto de la exposición que efectuó en el encuentro de Fe y Política, que se desarrolló en la sede de la Universidad Católica de Salta, en Villa María,  durante la mañana de ayer, y que también contó con la alocución del obispo de la Diócesis, Samuel Jofré Giraudo.

“Participar de la construcción de lo comunitario forma parte de la concepción cristiana de la vida. Hay que revertir un prejuicio instalado en la sociedad, el de que la política es el territorio de lo negativo, donde uno no puede ingresar sin afectarse. Ese es un prejuicio extendido desde que tengo memoria, tengo 60 años y puedo afirmar que no está extendido desde el último período democrático sino desde entonces”, declaró Ellorio.
“El participar no es una opción, sino una obligación y se puede hacerlo desde múltiples aristas, desde clubes, centros vecinales, cooperadoras escolares, en la política partidaria. Todas son funciones y tareas que llevan a construir la sociedad”, remarcó.

El dirigente aclaró que “la política es negociación, si no, cómo se podría gobernar una ciudad plural”, pero sostuvo que “el límite de esa negociación son aquellas cuestiones, entre comillas, innegociables”, como son los “principios básicos de moral natural, no religiosa”.
Citó a la “defensa de la vida de un ser humano inocente, desde su concepción hasta su muerte natural; la protección de la familia (entendida como la unión entre el hombre y la mujer) como célula básica de la sociedad, el derecho-deber de los padres de educar a sus hijos de acuerdo a sus convicciones éticas y religiosas como primer agente educador y el garantizar a todos la participación en el bien común general, en los bienes sociales y económicos de la sociedad”.
“¿Por qué estar en desacuerdo con esas cosas? Fuera de eso todo es negociable”, dijo y añadió que “una sociedad abierta y plural necesita de una negociación para que funcione”.

LosPrincipios.org, 25-8-14

Fuente: El Diario del Centro del País