sábado, 14 de junio de 2014

¿ES EL IMPUESTO REVOLUCIONARIO UNA REALIDAD ECONÓMICA?




 El Semanal Digital, 13-6-14

La organización profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHA ha pedido, por medio de su presidente, un tal Ransés Pérez Boga, la legalización de la prostitución y las drogas blandas para aumentar la recaudación. La medida tiene por fin, según ellos, "luchar mejor contra los efectos adversos" y aumentar los ingresos públicos. Los chicos de IHE han recordado un informe de 2002 de la "patronal de locales de alterne" según el cual al tributar un 30% del total, Hacienda recaudaría 6.000 millones de euros si se legalizara solo la actividad entendida como "alterne".

Nadie, repito, nadie, ha cogido al tal Ransés Pérez y le ha restregado los hocicos contra la caquita, como se hacía con los perros jóvenes que defecaban en la alfombra. Y es que uno creía que existen cosas que son innegociables y que el Estado no puede permitirse. Resulta que tenemos que decir "miembros y miembras" por imperativo legal de la Santa Madre progresista y por expreso deseo de una ministra subnormal, pero debemos "legalizar" –o "regularizar"- actitudes claramente denigratorias como la explotación económica del propio cuerpo, con todas las secuelas y sordideces que arrastran esos avernos. Y todo ello para "equilibrar las cuentas" o para "combatir el déficit".

Lo peor es que la iniciativa procede no de un avezado especialista al que su hiper-deformación profesional le ha licuado los sesos, sino de la mismísima Unión Europea, la actual madre de todas la batallas. Desde Bruselas se pide introducir cambios derivados de la adaptación de la Contabilidad Nacional y Regional de España a las normas del nuevo sistema europeo de cuentas (SEC 2010) aprobado en mayo de 2013.

Al parecer, según el SEC2010, el Producto Interior Bruto (PIB) nominal aumentaría hasta en 45.000 millones tras el cambio de base de la Contabilidad Nacional que hará el Instituto Nacional de Estadística (INE). Naturalmente, esta cifra es una estimación, por lo que el dato último se incorporará en la publicación que realizará el INE en septiembre.

De acuerdo con el diario El Mundo (13.6.2014), "el cambio de base 2010 puede incrementar el PIB nominal entre el 2,7% y el 4,5%. Si tenemos en cuenta que el PIB nominal del año 2010 fue 1.062.591 millones de euros, se podría decir que el impacto podría ser de entre 28.689 y 47.800 millones". Siempre según el diario progre-carca, "los cambios metodológicos, como la capitalización del gasto en investigación y desarrollo, en armamento militar y otros, podrían suponer un aumento de entre el 1,2% y el 1,5% del PIB nominal. Por su parte, los cambios estadísticos y la incorporación de información estadística nueva como las actividades de prostitución y tráfico de drogas elevarían la riqueza nacional entre un 1,5% y un 3%, entre 15.938 y 31.877 millones de euros".

Todo esto trae aparejadas algunas reflexiones. La primera tiene que ver con las consecuencias que tienen sobre las vidas de las personas los errores teóricos. Gracias a estos debates suscitados en parte por medios de comunicación ávidos de carnaza, se destaca la naturaleza ficticia y teórica de mucho de lo que nos pasa.

Así, obsérvese lo fácil que es "luchar contra el déficit" y "reducir la deuda", dos ideas en la base de todos los recortes de los gobiernos de Zapatero y Rajoy, y gracias a los cuales millones de familias están pasando "las de Caín" Simplemente, lo que antes era una cosa pasa a ser otra. Por ejemplo, el armamento que adquiere España deja de ser consumo y pasa a ser inversión.

La prostitución o el tráfico de drogas, que consume miles de millones de euros del Estado en recursos para combatir la delincuencia, ahora "elevan la riqueza nacional". Por arte de birlibirloque, la "deuda" y el "déficit" pueden desaparecer, de manera que España podrá cumplir con el déficit al que se comprometió tan solo con re-etiquetar algunas actividades económicas, de manera que sobre la base de un PIB mayor, el Estado podrá emitir más deuda. Es solo una manera de estabilizar el chiringuito macro de cara a Bruselas para que todo siga exactamente igual; es decir, sin actividad económica y sin la liquidez que demandan nuestras PYMES y nuestros autónomos y que, por cierto, sigue sin llegar.

Otra reflexión que se suscita es la siguiente. Bien: aceptemos que la prostitución, voluntaria y no forzosa, debe ser legalizada toda vez que las objeciones morales solo pueden ser consideradas como subjetivas. Pero, ¿y el consumo de drogas? El asunto de las drogas es algo distinto dado que son ampliamente conocidos los efectos perniciosos sobre la salud y, de modo indirecto, sobre el tejido social.

Los muchachos del IHE, los del seso licuado entre apuntes contables, además de otros muchos de la fauna "progresista" y "avanzada" que pulula por la Piel de Toro, explican que ello ayudaría a luchar contra las mafias. Nadie se para a pensar en lo absurdo de tal afirmación. Una mafia legalizada, que no necesita recurrir a la coerción y a la violencia, es lo que llamamos un "trust" o un "cartel"; un "cartel" reprimido deviene en mafia casi seguro.

Por esa razón, la "despenalización" de la droga, y la subsiguiente transformación en un mercado más, no lleva a su desaparición si no a su difusión siempre que se den las condiciones necesarias. Por este motivo, todos los años hay varios miles de muertos por alcoholismo –una droga legal- y solo un par de centenares por heroína. Se dirá que en países como Holanda, donde ciertas drogas están "despenalizadas", el consumo es menor que en otros países donde no lo están.

El argumento obvia que el consumo de drogas aumenta por razones que no son económicas, como son el nihilismo social, la desestructuración de la familia o la subversión de la moral tradicional. Lo que es cierto es que poner la droga en las farmacias o en los bares, simplemente para que los muchachos del IHE recauden más y se equilibre el presupuesto, no ayuda en el caso de una sociedad como la nuestra, en plena decrepitud de valores y estructuras sociales.

Todo esto son solo algunas reflexiones derivadas del caos de los tiempos, en los que la economía anda claramente subvertida y al margen de cualquier control político. No es admisible que la dirección del Estado –la dirección moral también- esté a merced de gentes sin formación alguna y sin escrúpulos, aunque se sienten en algún distante estamento de Bruselas. Es necesario a veces decir no.

Lo contrario conduce a actitudes tan lamentables como las del secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, que ha explicado en Expansión (13.6.2014) que "no todas (las normativas comunitarias) son fáciles ni sencillas, ni tenemos la posibilidad de negarnos. Lo que pretende Eurostat es que se refleje en las cuentas una realidad económica de modo estimativo y que tenga su reflejo en la contabilidad de todos los países".

Nosotros nos preguntamos si existe algún límite para las metodologías estadísticas: si el "impuesto revolucionario" etarra debe ser considerado también una "realidad económica" o si los sicarios que asesinen, por ejemplo, a políticos o a inspectores de hacienda deben ser también considerados "agentes económicos". ¿Se atreverán a redefinir el concepto de "parado"? Porque vistas las ventajas del método, podríamos contratar un equipo de marketing y despedir a De Guindos y a Montoro a la vez.


Con Donoso Cortés, muchos creemos que la primera directiva del Estado es de orden moral. Cuando ella falta aflora el caos y la estupidez, aunque ambos procedan de pulcras instancias bruselenses. Ya se sabe lo que pasa cuando la mona se viste de seda.