lunes, 25 de febrero de 2013

MALVINAS: ACUSAN AL JEFE DE LA FUERZA AÉREA




El Mayor (R) aviador de la Fuerza Aérea, Jorge Benítez, héroe de Malvinas, derribado en las islas cuando combatía con su avión Pucará, eyectado y vuelto al combate, sufre prisión en la cárcel cordobesa de Bower a raíz de haber sido destinado, cuando era primer teniente, a la Policía de Reconquista, durante la administración militar. En la carta abierta que reproducimos, Benítez cuestiona severamente la conducta del Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, Brigadier General Normando Constantino.


Carta abierta al Brigadier General Normando Constantino

Señor Brigadier:

Con profundo dolor y vergüenza ante la memoria de nuestros muertos en Malvinas, escribo estas líneas que nunca esperé dirigir a un Jefe de mi querida Fuerza Aérea y las hago públicas, porque son respuesta a expresiones públicas, hechas por Ud.

A mi cautiverio llegó un ejemplar de la revista Sociedad N° 34, septiembre/octubre 2012, en donde se reproducen algunos de sus conceptos en un recuadro destacado, con el título “El recuerdo de Malvinas”.

No sé cuáles serán sus recuerdos de la batalla de Malvinas, pero a la luz de sus palabras, aprecio que son muy vagos e imprecisos o por lo menos impropios de un de Jefe de la Fuerza Aérea, puesto que hablar de la “…toma de Malvinas”, es utilizar la terminología impuesta por nuestros enemigos de afuera y los desmalvinizadores de adentro. Señor Brigadier[1], nosotros no “tomamos” las Islas Malvinas en 1982: ¡LAS RECUPERAMOS! ¡PARA GLORIA DE NUESTRA PATRIA Y HONOR DE LOS CAÍDOS EN COMBATE! Y de lo cual podemos dar testimonio los que combatimos a su lado y tuvimos la Gracia de Dios de regresar vivos.

Tal vez el hecho de que Ud. no haya logrado llegar hasta el objetivo naval asignado, ni siquiera podido entrar a la zona de combate en las dos salidas que efectuó, le impidan comprender con claridad la magnitud y el significado de lo realizado en 1982. Y posiblemente también le imposibiliten tener, sentir y expresar el legítimo orgullo de haber combatido junto a ellos, contra nuestro ancestral enemigo.

Es ese el marco de referencia que también le permite expresar: “La guerra de Malvinas debe haber sido la última guerra convencional que se ha producido”. Pretende circunscribir la guerra (COMO LO HACEN LOS DESMALVINIZADORES), a los 75 días de glorioso señorío de nuestros derechos soberanos sobre las Islas Malvinas y desconocer de ese modo, que la guerra se inició el 3 de enero de 1833 y continúa hasta el día de hoy, porque hay una porción de nuestro territorio usurpado y ocupado por FFAA británicas. Aunque sus superiores miren al costado para no querer saber.

Señor Brigadier: Ud. al ser promovido como Oficial Superior ha jurado Defender la Constitución de la Nación Argentina. Sin embargo ha permitido su constante violación al abandonar, a los que hemos sido ilegítimamente privados de la libertad, para ser sometidos a los inicuos juicios que se están llevando a cabo (también parte de la desmalvinización: DESMOVILIZACIÓN ÉTICA, MORAL Y ESPIRITUAL DE SUS FFAA) y que Ud. sabe o debería saber por su cargo, que son ilegales y violatorios de lo que Ud. juró defender. Por esa inadmisible inacción, en algún momento deberá responder a los cargos de “autor mediato” por nuestra privación ilegítima de la libertad, tormentos y hasta homicidio de los que fallecieron en cautiverio durante su mandato.

Señor Brigadier: Ud. se ha rendido como 1er Teniente en 1982 y hoy lo hace como Brigadier General, Jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina. El enemigo es el mismo de 1982, pero mientras Ud. permitió nuestro desarme e indefensión constante, los usurpadores maximizan su poderío y con soberbia y desprecio hacia nosotros, hacen ostentación de ello.

Señor Brigadier: una Fuerza Aérea no tiene que “proponer la guerra”, “tiene que prepararse para la guerra”, y un Jefe debe decir: “No deseamos la guerra, pero estamos preparados para ella”, salvo que en sus dos años de Agregado Aeronáutico en el Reino Unido, los británicos lo hayan preparado para otra cosa. Respecto a su lirismo final: “Desde nuestro lugar haremos todo lo que se pueda para lograr que los ingleses entiendan, en algún momento, que las Malvinas son Argentinas”, le propongo como muestra de buena voluntad (ya que no entendieron con las bombas en 1982), les envíe personalmente un ramo de flores y tal vez reciba en devolución de cortesía, un par de plumas blancas.

Habla Ud. de “profesionalismo y coraje”. Permítame recordarle que quienes estuvimos en el frente combatiendo, llevábamos un Rosario al cuello y el grito “por Dios y por la Patria”, no era una expresión vacía de contenido, dicha banalmente y como una mera fórmula. Por ella se vivía, combatía y moría, en cabal cumplimiento del juramento de “seguir constantemente su Bandera y defenderla hasta perder la vida”. La formación Católica que recibimos fue la que cimentó nuestro valor (cualidad del ánimo, que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a arrostrar los peligros), abonó la comprensión de lo que Ud. menciona muy bien: “saber que defendíamos” y acrecentó nuestro profesionalismo.

Por si no lo sabía, le transcribo a continuación lo que dijo Ronald Reagan, Presidente de los EEUU de América en su discurso a la Academia Militar West Point, en 1981:

“Ninguna nación que se basó en acuerdos firmados y, al mismo tiempo, abandonó su capacidad material para la guerra, duró lo suficiente para contribuir a la historia de la humanidad”.

Nuestra Nación Argentina, por Gracia de Dios y mérito de la sangre derramada en Malvinas, ha hecho lo suficiente para seguir contribuyendo a la historia de la humanidad. Prueba de ello es el furor desmalvinizador y el creciente y constante estado de indefensión al que estamos sometidos, por acción del enemigo y omisión de los propios.

Creo, Señor Brigadier, que su hora ha pasado.

¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA LA PATRIA!

Mayor (R) Jorge Alberto Benítez

Cárcel del pueblo, Bouwer, enero de 2013

[1] ACLARACIÓN: Señor Brigadier es la forma de estilo que corresponde en el tratamiento entre Oficiales de la Fuerza Aérea.


Informador Público, 25-2-13