martes, 13 de noviembre de 2012

ARGENTINA




FORO PARA EL PROYECTO NACIONAL Y LA COMUNIDAD ORGANIZADA



El punto de partida de toda política que quiera ordenar el país, o que pretenda insertarlo en el mundo es reafirmar a la Argentina como una nación soberana y americana.

En esta hora presente cuando el ser de Argentina es puesto en duda y se ve amenazado por tantas fuerzas hostiles, se impone como imperativo de primer orden, tomar conciencia de la alta significación de nuestra Nación; reconstruir su vida; restaurar la convivencia  y afianzar su identidad y todos los valores que van con ella.

Argentina es una realidad viva, que abarca una tierra con sus características naturales, sus ríos, sus mares, sus llanuras y montañas, un profundo significado como escenario político y un pueblo con identidad, conciencia social y personalidad; tiene una historia y una cultura que van entrelazados a un destino que nos lanza hacia  el futuro.

 Argentina es una poderosa realidad, por más que hoy intenten atacarla o negarla; es una realidad histórica, cultural y política que hunde sus raíces en una América profunda y en su espiritualidad.

 Hay que reivindicar Argentina y su grandeza frente a aquellas corrientes que pretenden desprestigiarla, aminorarla, socavarla, negándola o destruyéndola (el internacionalismo progresista, el liberalismo, el indigenismo etc.).

 Argentina al igual que una familia tiene un patrimonio común. Se trata del patrimonio recibido como herencia y que contiene una gran riqueza, que va desde la riqueza del suelo patrio   (riqueza natural, paisajística y ambiental) a la riqueza de la cultura (patrimonio histórico, símbolos, ideales, valores y principios); a lo que se une las vivencias históricas sobre esta tierra, regada con la sangre de los antepasados (héroes) pero también artistas, sabios y poetas.

El deber del pueblo Argentino es permanecer fiel a esta herencia; conservar y acrecentar dicho patrimonio, este patrimonio vital de la Nación debe ser mantenido cuidadosamente y aumentarlo de forma armoniosa e inteligente; desarrollando con fidelidad y creatividad sus inmensas posibilidades para el bien de la humanidad.

La Argentina ha de ser vivida como proyecto para la acción de vida y para renovación del mundo. Hay que despertar la ilusión colectiva para que juntos nos lancemos a la conquista de nuevos objetivos con un afán de superación. La defensa y afirmación de la identidad a de desembocar en un gran proyecto que vaya más allá del horizonte nacional. Argentina es una realidad que ha de ser construida de manera permanente, con amor y sabiduría; al igual que ocurre con una persona, una nación no termina nunca de hacerse, está continuamente haciéndose.

Hay que fomentar y cultivar el patriotismo, hoy tan olvidado y desacreditado, pero para que sea autentico, debe tener una visión crítica de la propia realidad nacional, de la propia historia y de sus avatares. Hay que huir del patriotismo superficial, de la veneración acrítica del propio país de su legado y sus vicisitudes históricas.

 El amor a la Patria no puede ser un amor visceral que deforme la realidad o sea incapaz de ver objetivamente las cosas como son o fueron, un patriotismo inteligente y bien entendido no dudará en reconocer los errores que se hayan cometido en el pasado y se esforzará por detectar los principales defectos del temperamento nacional.

 Hay que despertar y avivar la conciencia nacional Argentina, hoy aletargada sumida en un sueño suicida, hay que ser conscientes de nuestros orígenes, raíces, del valioso legado de las generaciones pretéritas y con ello también de la responsabilidad que se tiene ante las generaciones venideras en lo que se refiere a la trasmisión de dicho legado.

 Hay que tener conciencia de la fuerza que da a una persona como en una comunidad o un pueblo el conocer sus propias raíces del cual dimana el potencial vigorizador para disipar las angustias e incertidumbres y abrir un horizonte esperanzado para nuestro pueblo.

 Para desarrollarse en plenitud y jugar en el mundo el papel que corresponde, Argentina debe permanecer fiel a sí misma, a su legado y destino, aparecer definidos por las dos notas relevantes de su ser, su historia y su cultura y su vocación de universalidad.

 Lo que ha dado sentido a la Argentina ha sido su proyecto humanista en defensa de la grandeza humana.

 Hay que renovar y reconstruir la vida de la Nación, se impone llevar a cabo la profunda labor de reconstrucción social, humana, sacar a luz las mejores posibilidades, virtudes y capacidades, esforzarse por eliminar todos los factores negativos y los contravalores que están desgarrando la vida Nacional: el sectarismo, la partidocracia vacía, la demagogia, la falta de cultura política.

 Conquistar a la comunidad Argentina para la vida buena, noble, sana y prudente, sacarla de la vida decadente, débil, insana. Sacar a la sociedad de la desidia y apatía para que no se convierta en algo patológico y caiga en el desorden y desconcierto que se advierte de algunos niveles de la vida colectiva.

 Devolverle la ilusión al País y con ella la fe, el coraje, el impulso creador y combativo que fueron rasgos de nuestro pueblo; hay que superar la decadencia en la que nos vamos hundiendo cada vez más;  poner fin a toda costa a la actual fractura social, la discordia introducida en el cuerpo nacional por demagogos ineptos y sectarios.

 Hay que conseguir que los argentinos se sientan orgullosos de serlo, que sean conscientes de los importantes valores y los valiosos contenidos que  van ligados a su ser.

 Para esto hay que actuar en las siguientes áreas: Histórica, Cultural, Político Social y Constructiva.

ÁREA HISTÓRICA

Estudio de la historia en todos sus aspectos, sus líneas maestras, su inserción en la historia universal. Hechos históricos relevantes o significativos, grandes gestas, figuras ejemplares.

ÁREA CULTURAL

Nuestro legado cultural-histórico: arte, literatura, poesía, música, ciencia, espiritualidad (religión, mística). Folclore, estilo de vida, templos, catedrales, lengua, símbolos, mitos, leyendas. Enseñanzas que nos contienen y nos trasmiten valores, ideas, principios y perspectivas.

ÁREA POLÍTICO SOCIAL

Cuestiones de actualidad que afecte a la Argentina, a su comunidad y a su pueblo. Analizar problemas y proponer soluciones; combatir lacras y corrupciones; apoyar y defender las instituciones con una fuerte exigencia crítica, obligándolas a que se respeten a sí misma; trabajar por la convivencia y la concordancia nacional; afirmar e impulsar el patriotismo.

Aquí cobra especial importancia el campo de las ideas sobre todo en las cuestiones políticas, económicas, sociales y artísticas.

ÁREA CONSTRUCTIVA

Construir y reconstruir nuestra propia identidad; mirada creativa hacia el futuro de la Patria que es tierra de los padres, vivida como tierra de y para los hijos, visión puesta en las generaciones venideras. Hacer que Argentina despierte, tome conciencia de su alto destino y que se ponga en marcha para que pueda ocupar el lugar que le corresponde en el concierto de las naciones y no quede como furgón de cola, como nación frustrada o fracasada.

Expandir y elevar el ánimo colectivo, que saque a la Nación del marasmo y mediocridad actual.

Dar pasos para construir un mundo mejor.

Alzar la bandera de una nueva era, más humana, íntegra y respetuosa de la creación y del orden universal. Ofrecer al mundo nuestro principio plasmado en el humanismo cristianismo y elaborado por los gobiernos justicialistas.

Todo esto tiene como trasfondo una cuestión clave que es Argentina, respuestas a las preguntas fundamentales quienes somos, de dónde venimos, adonde vamos, cuál es nuestro papel y misión en el conjunto de la humanidad, en la historia y en el universo.

Porqué ha existido, existe y seguirá existiendo.

 SOBERANÍA POLÍTICA, INDEPENDENCIA ECONÓMICA, JUSTICIA SOCIAL, IDENTIDAD CULTURAL, PROTECCIÓN Y DEFENSA DE NUESTRO PATRIMONIO Y RECURSOS.

 Juan Manuel Lencioni

Córdoba, 12 de Octubre 2012