martes, 3 de abril de 2012

REVELAN POR QUÉ NO EXPLOTARON UNA DOCENA DE BOMBAS DE LA FUERZA AÉREA



Un documento secreto incluido en el informe Rattenbach revela por qué no estallaron todas las bombas lanzadas por los aviones de la Fuerza Aérea contra la flota británica durante la guerra de Malvinas. Y, además, afirma que si hubiesen explotado todas “muy distinto hubiese sido el resultado de la guerra”. Esa misma hipótesis contrafáctica sostiene el documental británico “The Great Falklands Gamble: Revealed”.


Bajo el título “Por qué no explotaban nuestras bombas” el informe sostiene que al principio se usaron bombas frenadas por paracaídas lanzadas desde gran altura. Pero los sistemas antiaéreos británicos alcanzaban a los aviones o las bombas no caían sobre los barcos.

Entonces, se decidió optar por vuelos rasantes con bombas convencionales que tenían la espoleta retardada . Para no ser detectados por los radares, los A4 y los Dagger de la Fuerza Aérea volaban a 10 metros del mar.

Muchos volvieron con sal en el parabrisas. Volaban desde aeropuertos de la Patagonia con mapas escritos con marcador rojo porque no tenían radares y debían ser reabastecidos de combustible en vuelo o volvían con los tanques casi vacíos.

Las bombas que llevaban habían sido modificadas por técnicos de la Fuerza Aérea. Eran parajodicamente inglesas de 500 kilos. Fueron bautizadas “bombolas” Pero estas bombas lanzadas a 50 metros (casi rozando los mástiles de las fragatas misilísticas) “no tenían tiempo de armar sus espoletas y no estallaban”, agrega el informe. “Se necesitaba que las espoletas se armaran apenas lanzadas las bombas y que no estallaran hasta cierto tiempo después del impacto (unos 3 segundos) para permitir el escape del avión lanzador sin ser alcanzado por la explosión” (ver facsímil).

“Tirábamos desde tan bajo que las bombas impactaban antes de los tres segundos y la espoleta no se activaba ”, recordó ex piloto y héroe de guerra Pablo Carballo a la agencia AFP.

Como estas bombas lanzadas a casi mil kilómetros por hora podían atravesar los buques construidos con aleaciones de hierro livianas, salir y estallar en el agua, se ordenó a los pilotos tratar de impactar en los motores o en los arsenales.

“Así se hundió a las fragatas Ardent y Antelope y se hicieron impactos en otras 14 fragatas o buques”, agrega el informe secreto.

Finalmente, para disminuir las fallas, los mecánicos reemplazaron el “cono de penetración” de acero de las bombas por otro de madera, así lograron que seguro se rompan segundos después del impacto, aumentando las chances de que la bomba explote adentro de la nave, explicó el ex piloto Mario Callejo. Estas bombas se “emplearon por primera vez el 25 de Mayo en el ataque al destructor Coventry (gemelo del Sheffield) “el cual desapareció instantáneamente de la superficie ante el impacto de tres bombas”. Pero a fines de junio, Estados Unidos entregó misiles aire-aire a la fuerza aérea británica que derribó 47 aviones argentinos y así dejó a la Argentina sin poder aéreo .


El informe secreto afirma que si una decena bombas que quedaron dentro de los buques -antes de la última modificación- hubiese estallado “otro hubiese sido el curso de la guerra” .

Clarín, 3-4-12