jueves, 7 de abril de 2011

HIDROELÉCTRICAS PARA EL DESARROLLO

La propuesta es simple y concreta, dejar atrás varias décadas de discusiones estériles, de dar vueltas girando en el vacío, y comenzar a planificar –en serio, con criterio de grandeza y visión de estadistas- el futuro de concreto desarrollo socio económico que puede –y debe- hacerse realidad a partir de la construcción en Misiones y Corrientes, de uno de los grandes polos de generación hidroeléctrica de Argentina. Es un hecho muy concreto que Argentina necesita contar con enormes cantidades adicionales de energía eléctrica, no solo para sostener el fuerte crecimiento económico –palpable y evidente- sino también para responder al normal crecimiento vegetativo, el cual tiende a acentuarse de la mano de la cada vez más acentuada utilización de la electricidad como insustituible insumo de la salud, de la educación, de la seguridad, de la recreación, y del confort domiciliario. También es innegable que en la mayor medida posible, necesitamos salir de la matriz eléctrica fuertemente dependiente de los hidrocarburos –gas natural y petróleo- para reemplazarla por energéticos renovables, principalmente para reemplazar los consumos de esos escasos y crecientemente caros combustibles, pero también para concretar el ahorro ambiental que significa evitar cantidades astronómicas de los citados combustibles fósiles. Sin duda la mejor alternativa –en Argentina y en el mundo- es la hidroelectricidad, y así lo muestran tanto aquellos países que hace décadas ya utilizaron casi todos sus potenciales hídricos (EEUU, la UE, Japón), como todos los volcados fuertemente al desarrollo en calidad de Potencias Emergentes (Brasil, China, India, Indonesia, Turquía, y otros); todos los cuales priorizaron el fuerte crecimiento de la hidroelectricidad en sus matrices eléctricas. En tal caso, necesitamos que pueblo y gobierno de Misiones y de Corrientes, adopten y defiendan una actitud fuertemente proactiva, para utilizar correcta y concretamente a las grandes hidroeléctricas binacionales, como poderosos centros catalizadores del desarrollo. Para que Corpus, Garabí y Panambí sean poderosos impulsores del desarrollo de sus áreas de influencias directas, y en todo el territorio de ambas provincias (Misiones y Corrientes), debe trabajarse sin seguir perdiendo el tiempo en naderías inconducentes. Se debe pensar no solo en energía abundante y de costo barato (que llegará barata a los usuarios solo si se ordenan los desmanejos e ineficiencias que parecerían crónicos en EMSA, la DPEC y varias Cooperativas Eléctricas); también se deben planificar parques industriales (pero en serio, no meros remedos inconducentes, como se llegó a hacer en algunos pueblos de Misiones); agua potable y cloacas instaladas masivamente en todas las localidades vinculadas con las obras (aún las ubicadas en las cuencas hídricas que desaguan en los futuros embalses); nuevos hospitales de gran complejidad y diversas unidades sanitarias menores; nuevas y mejores escuelas técnicas que provean la mano de obra que necesitará una profunda reconversión industrial de la hoy pobre matriz productiva de estas dos provincias; profundos rediseños urbanos que embellezcan y dignifiquen a las localidades, incluyendo hermosas costaneras en varios casos; mejorías en las rutas; que incluyan diseños de autovías en toda la extensión de la Ruta 12, la Ruta 14 y varias de sus conexiones en Misiones (y obras similares en Corrientes); extensiones de las redes ferroviarias y reconstrucción del ex Ferrocarril Gral. Urquiza; puertos con tecnología moderna y capacidad operativa en ambos ríos, hoy subutilizados comercialmente; creaciones de nuevos parques provinciales y áreas protegidas, adaptadas para recibir turismo ecológico; y por supuesto una correcta utilización de las regalías, que no son precisamente un tema menor. Pero un concepto que parece olvidado, y que pasará a ser en no más de tres décadas un poderosísimo factor de desarrollo, es concretar que las partes argentinas de esas tres obras monumentales, pasen a ser de propiedad de Misiones y de Corrientes –según cada caso-, con lo cual nuestras dos provincias no solo se asegurarán el correcto manejo, sino que tendrán disponibles cuantiosas rentas anuales, a percibirse diariamente y a perpetuidad. Es como tener tres formidables pozos petrolíferos gigantes, y además inagotables. Sin duda pese a ser absolutamente lógico, concretar desde ya esos traspasos al término de los plazos de pagos de las obras, requerirá realizar fuertes acciones políticas, muy sólidamente fundamentadas desde lo técnico, para lo cual ya deberíamos estar trabajando intensa y muy coherentemente, desde la excelencia científica y técnica. ¡Y nada de eso parece estar haciéndose ni en Misiones ni en Corrientes! ¡Misioneros y correntinos, a los hechos, que el tiempo urge, antes que los sempiternos poderes centrales se queden con esas enormes rentas que por derecho nos corresponden! Por: C.P.N. Carlos A. Ortiz Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – F.I. UNaM