lunes, 31 de mayo de 2010

ASCÉTICA PARA EL BICENTENARIO

Jorge Bosco
(Desde Estados Unidos)

III
Santos, en el invierno de la Patria
quiero anunciarte ya la primavera posible,
porque sé acabadamente que anónimos labradores
no cesan de trabajar el suelo noble
de las almas patriotas:
yo espero aún la Gran Argentina
que soñaron mis maestros.
El letargo de la Patria soñada, si bien se mira,
es el insomnio de una Patria real,
cuyas potencias deben ser ordenadas
al Fin último y necesario.
La Patria no es una añeja definición libresca,
o un idilio ajado por derrotas pasajeras,
o una entidad etérea sin encarnadura:
la Patria es un cuerpo carnal y espiritual,
la Patria ríe y llora,
la Patria es un ansia de frutos
porque es una espiga de sacrificios.