viernes, 19 de febrero de 2010

HIPOCRESÍA AL MÁS ALTO NIVEL: LA PAJA EN EL OJO AJENO



La comunidad de religiosos creyentes en el calentamiento global vuelven a arremeter con su argumento de que la Exxon Mobil está financiando a científicos y organizaciones que critican la ortodoxia del fraude climático. Su incapacidad de contactarse con la realidad les impide ver el tronco en su propio ojo.

La noticia que les ha indignado dice más o menos así:

Exxon Mobil financia a escépticos del cambio climático
www.telegraph.com.uk
Exxon Mobil, la compañía de petróleo más grande del mundo, continúa financiado investigaciones que echan dudas sobre el calentamiento global, a pesar de la promesas públicas de cortar su apoyo a los escéptico del cambio climático.

Exxon Mobil acusada de aceitar las ruedas del revisionismo del cambio climático


Por Malcolm Moore

Los registros de la compañía para 2008 muestran que Exxon Mobil dio $75.000 al Centro Nacional de Análisis Político (NCPA) en Dallas, Texas, y $50.000 a la Fundación Heritage en Washington.

La lista de donaciones en las inversiones de la compañía 2008 Contribuciones Mundiales y Comunidad, es probable que enfurecerá todavía más a los activistas ambientales que han acusado a Exxon Mobil de dar decenas de millones a los escépticos del cambio climático en la última década.

Los tres grupos han elevado sus dudas sobre el calentamiento global.

Exxon Mobil había prometido en 2006 detener su financiamiento a los escépticos del clima después de haber sido criticada por la Real Sociedad por dar dinero a los investigadores que “estaban desinformando al público sobre la ciencia del cambio climático.”

El Climategate ha revelado exactamente lo contrario: eran los científicos impulsores del calentamiento quienes estuvieron desinformando y engañando a la sociedad y a sus gobiernos sobre aspectos fundamentales de la ciencia. Ha quedado demostrado que la ciencia del calentamiento causado por el hombre no sólo es dudosa sino que se basó sistemáticamente en la alteración, ocultamiento de datos, supresión de información vital, negación constante para proveer esos datos a los investigadores escépticos, destrucción de la información cruda para impedir recomponer los registros de temperatura históricos, eliminación progresiva d las estaciones rurales por encima de cierta altura –que ayudaban a conformar un promedio global inferior al publicado-, persecución a la comunidad escéptica obstaculizando con éxito la publicación de sus investigaciones, extorsionando a editores de revistas científicas para que no publicasen esas investigaciones, conformando un grupo de revisores que rechazaban sistemáticamente cualquier estudio que contradijese o echase dudas sobre la hoy demostrada fraudulenta hipótesis del cambio climático presuntamente causado por as actividades del hombre.

Una larga lista de actividades reñidas con la ética científica y ciudadana, muchas de ellas incursas en delitos contemplados por las leyes de Libertad de Información y el uso de dineros públicos en actividades fraudulentas. Pero la hipocresía se eleva a los niveles más altos al acusar a los científicos escépticos de estar al servicio de las compañías petroleras, y a ellas de financiarlos para demostrar el fraude.


¿Cuánto dinero está en juego?

Sigue diciendo la noticia del Telegraph:


La compañía ha cortado los fondos a muchos de los grupos más controvertidos, incluyendo a Fronteras para la Libertad, quienes en 2007 dijeron: “La verdad es que no existe evidencia científica concluyente o confiable de que el cielo se está desplomando sobre nuestras cabezas, o de que el clima de la Tierra esté experimentado un calentamiento catastrófico causado por las actividades humanas.” El George C. Marshal Institute tampoco recibió dinero de Exxon durante el año pasado.

El gigante del petróleo también financió el año pasado a una amplia gama de grupos ecologistas, dando $110.000 a la Alianza para Ahorrar Energía, $105.000 al Annapolis Center for Science-based Public Policy; $100.000 al Centro de Investigación de Energía en la Universidad de Columbia; y $35.000 al Centro para Política del Aire Limpio.

Exxon Mobil donó un total de $9 millones a grupos relacionados con la ecología en 2008, y un total de $225.000 a obras de caridad, 1/200 de sus ganancias de $45,2 mil millones de ese años.
Quienes protestan por esa entrega de dinero de Exxon Mobil a los escépticos no les agrada para nada que se les recuerde que, sólo los Estados Unidos, a través de sus numerosas organizaciones y agencias del gobierno como la Fundación Nacional de Ciencias, han contribuido con más de $4 mil millones de dólares anuales, para un total de alrededor de $80 mil millones en 20 años, a científicos y grupos activistas cuya única meta ha sido probar que las actividades del hombre y la liberación de CO2 por el uso de los combustibles fósiles son los únicos causantes del calentamiento global observado durante el Siglo 20.

La Exxon está acusada de haber entregado unos $10 millones a los escépticos; el gobierno de EEUU ha entregado unos $80 mil millones a los calentadores. No hay comparación posible. Con $80 mil millones se compran muchas más voluntades, éticas científicas, y honestidades científicas que con miserables $10 millones.

Pero a pesar de la monumental cifra invertida en demostrar algo que se ve hoy como un fraude inaceptable, los sobornados, comprados y alquilados no han podido aportar ninguna prueba o evidencia científica de que es el CO2 quien ha cambiado el clima en lugar de la actividad solar y cósmica como controladora absoluta de los cambios climáticos en el planeta.

Tiene entonces la humanidad una deuda de gratitud con Exxon Mobil al haber mantenido vivo al escepticismo sobre la falsa ciencia del clima que se ha estado usando para convencer a la gente de que debe aceptar un aumento espectacular y catastrófico de los impuestos si es que quieren salvarse del Apocalipsis climático inventado por grupos cuya única ambición es la de obtener el control total de la energía del mundo y de las decisiones políticas y económicas de cualquier país de la Tierra.

Pero no es sólo Exxon Mobil quien estuvo proyectando sombras de duda sobre la ciencia del CO2 y el cambio climático. Ha tenido un invalorable aliado: la misma naturaleza que, con su compañero de ruta, la Cruda Realidad, se ha encargado de destruir las más bellas teorías inventadas hasta la fecha.

Hoy la comunidad de los calentólogos está en una desesperada compaña de “control de daños” provocada por la publicación hecha por un soplón interno del CRU o por alguien con acceso al server de la Universidad de East Anglia que era de acceso público, y cuyo contenido, de acuerdo con las leyes británicas, son de propiedad pública. Por lo tanto no hubo un acceso ilegal, y los emails no fueron “robados”. Estaban allí esperando que a cualquiera interesado se le ocurriese obtenerla.

Para no hablar de los múltiples “Gates” que afectan la seriedad científica y credibilidad del IPCC y sus informes, que están floreciendo como hongos después de la lluvia: el Glaciargate, el Amazongate, el Africagate, el Holandagate, el Antarticgate, y varios más que siguen apareciendo casi todos los días, tema que iremos tocando en nuestros próximos artículos.


Por: Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC

Estrucplan Consultora, 19-2-10