sábado, 6 de febrero de 2010

"EL NARCOTRÁFICO ES UNA MULTINACIONAL EXITOSA"


Santiago Zeas Bedoya, corresponsal en Bogotá


Para José Marulanda Martínez, experto colombiano en temas de seguridad y defensa, los controles deben cambiar de enfoque y apuntar al componente empresarial del narcotráfico.
Es consultor y analista en temas de seguridad y defensa. De 58 años, tiene una maestría en Ciencias Políticas. Es coronel (r) del Ejército colombiano.

¿Por qué no funcionan los controles a los carteles del narcotráfico, especialmente los mexicanos?

Hay varias fisuras en América Latina. La más evidente es la corrupción. El poder corruptor del dinero del narcotráfico hace muy difícil que las medidas de control se ejecuten efectivamente. En todos los países de la región -sin excepción- existen casos permanentes de corrupción a nivel político, así como entre funcionarios estatales, que incluye a fuerzas militares y policiales.

¿Qué otros elementos permiten el avance de esta actividad ilícita?

El narcotráfico tiene un carácter dinámico y, por lo tanto, se actualiza constantemente. Hay que comprender que se trata de una organización comercial, en busca de nuevos mercados, vías y métodos de distribución.

¿Ud. sugiere que los Estados no están capacitados para frenar esta innovación?

Frente a esa dinámica del narcotráfico en la región, las Fuerzas Armadas y policiales siempre quedan rezagadas. Nuestros Estados son paquidérmicos y lentos, que dedican relativamente pocos recursos al tema. Es comparar a un Estado con una multinacional. Evidentemente, la multinacional es más rápida y ágil, cuyo objetivo es vender más a nuevos clientes y mercados.

¿El sentido pragmático de los carteles prevalece sobre el control?

Evidentemente. El comercio por definición es práctico y el Estado no lo es. Esa es la segunda razón que explica por qué el narcotráfico lleva la delantera a cualquier tipo de acción y control.

¿Cuál es el tercer factor?

La lucha de los Estados contra el narcotráfico es individual. Pocos avances se han hecho para que en América Latina haya un interés común en el combate a la droga.

¿Pero todos los países de la región son signatarios de instrumentos multilaterales para combatir esta actividad?

El problema es que casi no funcionan. Al frente de estos organismos se ha colocado a burócratas que hacen grandes disquisiciones sobre el tema, pero que en el terreno no hacen nada.

¿La integración de las redes del narcotráfico funciona más rápido que la integración de los países?

Por supuesto. En América Latina el narcotráfico es la multinacional más exitosa que hay. Frente a ella los Estados no han podido crear un sistema multinacional que permita confrontarla adecuadamente. Pienso que esta es una guerra perdida.

¿A qué se refiere?

A que en este tema no importa si un gobierno representa al socialismo del siglo XXI y otro al neoliberalismo. Ambos Estados, así practiquen diferentes ideologías, van a ser erosionados por el narcotráfico. Por ejemplo, el Gobierno de Bolivia no puede tener ningún escrúpulo en unir esfuerzos con el Gobierno de Perú -con el que está distanciado- para hacer frente a este problema.

¿La institucionalidad política puede colapsar?

Puede convertirse en un ‘narcoestado’, en una institucionalidad cooptada por esta actividad. Por ejemplo, el Congreso colombiano fue penetrado por paramilitares y, por ende, por la droga. Se convirtió en un Estado con un Congreso narcotraficante. Y así, se puede repetir ese modelo en otros países. En Ecuador hace poco se difundió el informe de la Comisión de la Verdad de Angostura, en el cual se advierte que el país puede convertirse en un ‘narcoestado’. Venezuela también está en esa ruta, no porque lo quiera Hugo Chávez sino porque la dinámica de este negocio llega a cooptar a funcionarios, jueces, policías, legisladores, etc.

Entonces, ¿los controles de los Estados deben cambiar de enfoque?

Es más fácil entender el narcotráfico si se aborda desde el punto de vista empresarial y no solo desde la óptica represiva, militar y de salud pública.


EL COMERCIO, 5-2-10