lunes, 4 de enero de 2010

LOS RECLAMOS DE SOBERANÍA DE MALVINAS SE TIÑEN DE NEGRO

Pedro Luque

La ecuación es sencilla: si en las Malvinas hay la cantidad de petróleo que los británicos aseguran, o incluso la mitad, los habitantes de las islas se asegurarían el autofinanciamiento de por vida con las regalías y podrían negociar la autodeterminación, lo que volvería estéril todo reclamo argentino de soberanía.

Ayer se cumplieron 177 años de la ocupación de las islas por parte de Gran Bretaña.

“No es lo mismo plantear un problema de jurisdicción con una potencia que ha sido colonialista, como Gran Bretaña, que plantear ante la comunidad internacional la reivindicación de un territorio independiente. Se complicaría la argumentación. Y, a largo plazo, sería algo funcional a los intereses británicos”, sostiene Daniel Montamat, quien fue secretario de Energía de la Nación, presidente y director de YPF y director de Gas del Estado.

Montamat explica a La Voz del Interior que sólo con los permisos de pesca, los malvinenses, que suman unos 2.800 habitantes, ya tienen un ingreso per cápita superior al inglés promedio: unos 40 mil dólares al año. Si le agregaran ingresos por regalías petroleras, podrían vivir casi con independencia de cualquier sostén británico. “Incluso podrían financiar sus propios gastos de defensa, que hoy equivalen al uno por ciento del presupuesto de defensa británico”, apuntó.

Interés renovado.
La polémica estalló a principios de diciembre pasado, justo después de un nuevo reclamo de soberanía de la presidenta Cristina Fernández, esta vez dirigido a toda la Unión Europea, bloque que incluyó en su nuevo tratado a las Islas Malvinas como territorio británico.

Y justo cuando la YPF lidera un consorcio para buscar petróleo y gas en el mar de Malvinas, y se dispone a instalar una plataforma off shore (costa afuera) a 290 kilómetros de Tierra del Fuego, cerca del límite de exclusión que impuso Londres tras la guerra con Argentina.

Justo entonces, los británicos dieron el batacazo: anunciaron que las islas albergan un enorme yacimiento de petróleo y gas.

En realidad, se sabe que hay petróleo en la zona desde hace años. Por eso, en 1991, los británicos abrieron la zona de exclusión a la exploración petrolera y otorgaron permisos exploratorios en la zona que rodea a las islas.

En 1998, la Royal Geological Association de Londres, basada en prospecciones sísmicas que se hicieron en la zona norte de las Malvinas, aseguró que allí se esconde una increíble cantidad de petróleo.

Sin embargo, los gastos que implicaba su extracción y el bajo precio del crudo no hacían rentable el negocio y las exploraciones fueron abandonadas.

Más de una década después, el interés por esos yacimientos se renovó y la prensa británica publicó a principios de mes que la plataforma de las islas esconden 60.000 millones de barriles de petróleo y 254 billones de metros cúbicos de gas.

Para tener una noción de la magnitud del hallazgo, que no fue desmentido por el gobierno británico ni por el argentino, la principal base de petróleo del mundo, Ghawar, ubicada en Arabia Saudita, contiene unos 80.000 millones de barriles.

Y Brasil, que hace unos meses descubrió mucho petróleo costa afuera, tendría un potencial de 30 mil millones, la mitad de lo que habría en Malvinas.

¿Por qué ahora? Son varias las razones por las cuales los británicos encaran de nuevo los proyectos petrolíferos en las islas: el barril de crudo casi cuadruplicó el precio de los ‘90, la tecnología abarata los costos de extracción, los yacimientos británicos del Mar del Norte comienzan a agotarse, y Europa estableció en su nuevo tratado que las Malvinas son territorio de ultramar.

Eso explicaría por qué cuatro empresas británicas –Rockhopper Exploration, Desire Petroleum, Falkland Oil and Gas and Borders y Southern Petroleum– han gastado 544 millones de dólares en explorar el sur y el norte de las islas.

Incluso ya se generó la primer rispidez. Hace unos días trascendió que una de las empresas mantuvo conversaciones con la estatal chilena Enap, en su búsqueda de un socio en la región para explotar el crudo de Malvinas. Al día siguiente, la Cancillería salió a restarle importancia a la propuesta. “Chile apoya con firmeza los derechos soberanos argentinos”, dijo en un comunicado.

Pero el apoyo regional al reclamo argentino no detendrá la marcha de la primera plataforma de exploración, que ya surca los 12.870 kilómetros que separan a Gran Bretaña de las islas, y que se instalará en la zona.

A medida que esa plataforma se acerca, el reclamo argentino por las Malvinas se aleja un poco más.

La Voz del Interior, 4-1-10