viernes, 31 de julio de 2009

MEDIOS DE COMUNICACIÓN



por Patricio R.Lons

Para realizar y concretar una política nacional es necesario e indispensable construir una política en los medios de comunicación. Por el simple hecho que sin comunicación no hay inteligencia y por que como decían los españoles del siglo XVI "La lengua camina junto al imperio".
Nosotros debemos decir que la lengua debe caminar junto a la restauración y refundación de la patria. Un pueblo es nación cuando tiene y defiende su lengua.
Los franceses entienden esto muy bien cuando dicen que su cultura es parte de su sistema de defensa nacional.
Por eso debemos definir un primer objetivo conductor para los medios de comunicación. Y este debe ser el de colaborar con la reconstrucción moral, política y económica. Todo lo que honestamente conduzca a ello es permitible. Todo sostenido con una legislación acorde con un proyecto nacional de país.
Veamos nuestro punto de apoyo. Este se basa en los medios de comunicación estatales. Estos deben liderar el cambio en la comunicación, rescatando valores religiosos, históricos y políticos con el fin primordial de defender la verdad. Su acción debe encarnar un nuevo paradigma tanto en el discurso como en los formatos que se utilicen como en el modo de contratar y producir nuevos programas y medios. Debe entretener, capacitar e informar. Debe ser la plataforma de convocatoria a todo el periodismo de formación universitaria, de tal manera que el mundo de la universidad se comprometa con un proyecto nacional de gobierno.
La creatividad debe ser una condición excluyente en los medios del estado. Debe salir del molde que plantea un proyecto de televisión cultural aburrida, marcadamente tediosa y sin televidentes, con lo cual es inútil hacerla. Será aburrida si la queremos hacer así, pero nadie nos obliga a que sea de este modo. La cultura y el ideario que queremos comunicar, los debemos transmitir de manera entretenida. Y lo más interesante es que podemos hacerlo. Un nuevo discurso patriótico con nuevos formatos que transmitan ese sentir. Podríamos hacer teleteatros de corte romántico, drama o de aventuras con nuestros próceres y héroes nacionales como personajes de los mismos. Podemos contar toda nuestra historia de esa manera. Y así exponer los paradigmas de conducta a imitar por todos los argentinos.
Tomemos algunos ejemplos de creatividad, años atrás se realizó en nuestra televisión un dibujo animado sobre Patoruzú, el cual después de una corta temporada fue abandonado. Estuvo en proceso de relanzamiento pero no se ha concretado. Los franceses realizaron un dibujo animado Las aventuras de Asterix de marcado corte nacionalista y de excelente calidad a pesar de sus licencias históricas que ellos mismos se encargaban de aclarar en el mismo dibujo y persistieron exitosamente con su proyecto. La serie animada europea “Érase una vez el hombre”, nos presenta en muy entretenidos dibujos la historia de la humanidad. También podemos encontrar excelentes valores pedagógicos en otros dibujos como Histeria que cuenta la historia norteamericana y otros referidos a las Sagradas Escrituras. Podemos apreciar un trabajo altamente educativo de la televisión catalana Las tres mellizas que nos presenta a tres hermanas incursionando mágicamente por la mitología o los cuentos clásicos. Inculcar valores religiosos, de patria y de familia a temprana edad, nos asegura una niñez sana y una juventud idealista como bases de una sociedad mejor. Hay numerosos ejemplos con este formato infantil ya sea con niños o fabulados con animales que defienden valores a manera de personajes.
En el público adulto podemos apreciar como el cine de aventuras muestra y convence al público estadounidense de su propio proyecto imperial; basta ver la película Día de la independencia donde un presidente norteamericano lidera a la humanidad entera en una guerra contra extraterrestres y en su arenga antes del contrataque final dice "Quiso la Providencia que hoy 4 de julio, no sea solo el día de la independencia de los E.E.U.U. sino de toda la humanidad". Notemos que fuerte similitud semántica con el discurso de Bush después del 11 de septiembre del 2001 quién parafraseando una sentencia evangélica, dijo "...quién no está con nosotros está contra nosotros".

Los medios de comunicación pueden ser un auxiliar muy útil de un proyecto educativo al inculcar valores morales, fortalecer a las familias, capacitar estudiantes, empresarios, profesionales y comerciantes, utilizando series televisivas ya sean con formatos de comedia o de aventuras. La televisión brasileña ha incursionado en formatos de teleteatro para explicar la historia de la fallida República Riograndense y su guerra contra el Imperio del Brasil, con la inclusión de personajes históricos propios como así también la de la controvertida figura de Garibaldi y sus andanzas en nuestro continente. Podemos enseñar arte, religión, política, filosofía, economía y todo lo que un estado deba comunicar a sus compatriotas, incursionando en nuevas estéticas, utilizando distintas técnicas de relato como el viaje del héroe que es la más conocida entre los libretistas. Ya sea que las apliquemos a la televisión como a la radio o en distintas propuestas gráficas en diarios, revistas e historietas. Su atractivo debe tener un nivel de exigencia que nos permita exportar productos de comunicación. Esa debe ser nuestra pretensión mínima.

Los empresarios necesitan una sociedad más capacitada, por lo tanto, hay que comprometerlos en el desarrollo de nuevas propuestas mediáticas, atractivas y con buena circulación y el mayor porcentaje de encendido de pantalla, que mantenga el liderazgo comunicacional de manera sostenible.
Esto obligará a los medios privados a plantearse cambios profundos. Y el estado los puede motivar a lograrlos aplicando el reglamento del COMFER cada vez que lo transgredan. Existe una responsabilidad indelegable de los dueños de los medios y de sus comunicadores respecto a información falsa, tendenciosa y deliberadamente incompleta o distorsionada orientada a minar la confianza del pueblo argentino en el estado nacional. Todo mensaje que disocie, desmoralice, desinforme o promueva conductas patológicas y antisociales, debe ser sancionado.
Respecto a las sanciones que este ente aplique, es conveniente que la medida de su rigor sea la misma que mida la prudencia con que estas sanciones sean comunicadas a la S.I.P. y a otras entidades internacionales para así prevenir campañas de mala fe contra nuestro país. A estas acciones hay que salirles al paso y denunciarlas oportunamente para que el público sepa quienes las realizan, cuales son sus motivaciones y quienes son sus patrocinadores económicos.

La creatividad implementada en los medios estatales debe ser nuestro punto de Arquímedes para cambiar los medios. Serán la plataforma de desarrollo y capacitación para la actualización creativa en la comunicación, implementada por periodistas con formación académica y con los valores que la nación exige para su reconstrucción y que suplanten a improvisados e inmorales sin sentido de fe, ni de patria ni de familia.
Los medios tienen como obligación acompañar y esclarecer las acciones del estado e investigar periodísticamente aquellos temas que son de interés para la nación.

Deberá colaborar con las distintas áreas de gobierno. Todo enfocado creativamente a la verdad, promocionando a los verdaderos intelectuales con sentido trascendente y patriótico. En Argentina, tenemos verdaderas inteligencias que deberían ocupar los espacios en los medios que supuestos intelectuales sostenedores de falacias, usurpan lucrativamente en desmedro de los intereses argentinos.

Por último, quiero agregar un párrafo extraído del libro Derecho de la Radiodifusión del dr. Carlos Tau Anzoátegui, en el cual afirma en el capítulo II, que la estructura estatal de las comunicaciones debe adaptarse a los cambios vigentes en su legislación pues hay una abundancia de estructura en la órbita presidencial con seis entidades distintas y ministerial tanto en Obras Públicas como en Educación y Justicia con una fuerte dispersión de esfuerzos. La Ley 22.285 de Radiodifusión del año 1980 sufrió numerosos cambios, muchos de ellos positivos aunque también promovió los monopolios multimediales. Pero sus aspectos positivos siguieron acompañados de una dispersión administrativa contraproducente respecto a la fijación de criterios por parte del estado, con la pérdida de trabajos eficientes de parte de funcionarios idóneos repartidos en distintos organismos estatales.

El Dr. Tau Anzoátegui concluye en las páginas 68 y 69 que se debería promover una reestructuración estatal que reserve para el ámbito de las comunicaciones, el nivel ministerial tal como ocurre en la mayoría de los países. Y se remonta a la experiencia en nuestro país cuando la ley 14.303 del 29/6/54 atribuyó al sector la jerarquía de ministerio. Este criterio fue mantenido por el decreto ley 10.351/56 del 8 de junio de 1956. Cabe agregar que no debe descuidarse el tratamiento legislativo de las telecomunicaciones en general. Pero en manos de expertos que amen a nuestra patria y no de acuerdo a la falta de criterio de los actuales descerebrados.

Hay todo un cambio por realizar. Acciones a tomar y miedos que perder. Todo un futuro de grandeza que siempre hemos albergado como un sueño nos espera a los argentinos. En este restaurar, los medios de comunicación son responsables en grado sumo de cómo se logre, de lo que enseñen y motiven, de los valores y conocimientos que transmitan, de que cada programa, cualquiera sea su estilo, enseñe, informe, amenice y capacite.

Y como dicen los chinos desde tiempo inmemorial, les deseo a todos los argentinos "que vivamos una época interesante".