sábado, 7 de febrero de 2009

Detienen en Irak a una mujer acusada de organizar ataques suicidas



Es sospechosa de haber reclutado a decenas de mujeres y persuadirlas para inmolarse. Según una entrevista a la agencia AP, dijo que en varios casos ayudó a planear violaciones para luego inducirlas a las víctimas al suicidio.
Una mujer sospechosa de haber ayudado a reclutar a decenas de atacantes suicidas de sexo femenino fue detenida en Irak y, desde la cárcel en la que se encuentra, brindó un escalofriante relato: dijo que su trabajo consistía en recorrer la sociedad en busca de candidatas y poco a poco convertir algunas almas atormentadas en atacantes letales, según detalla la agencia AP.

El relato, presentado en video por la policía de Irak, presenta una oportunidad poco usual de atestiguar el funcionamiento de las redes usadas a fin de hallar y entrenar a mujeres que efectúen ataques suicidas, las cuales se han convertido en una de las herramientas más poderosas de los insurgentes mientras aumentan las medidas para erradicar esos atentados.

En una entrevista que mantuvo en la cárcel con AP, la mujer, identificada como Samira Ahmed Jassim, de 50 años, dijo que ella ayudó a planear las violaciones de varias jóvenes, para luego intervenir y convencerlas de que ser atacantes suicidas sería la única forma de librarse de tal verg üenza.

Enfundada de pies a cabeza en una túnica negra, la mujer, quien dijo que su nombre clave era la "Madre de los Creyentes", describió cómo persuadía a mujeres a inmolarse y después las escoltaba hasta un campamento de entrenamiento para conducirlas hacia sus blancos. El vocero militar, mayor general Qassim al-Moussawi, dijo que la sospechosa había reclutado a más de 80 mujeres dispuestas a lanzar ataques y admitió haber organizado 28 ataques en distintos sitios.

El Ejército de Estados Unidos en Irak ha hecho afirmaciones en el pasado sobre los esfuerzos de los insurgentes para reclutar a mujeres y niños vulnerables como atacantes suicidas, aunque sin proporcionar muchas evidencias. Tampoco se había podido comprobar de manera independiente el supuesto uso de las violaciones como mecanismo para reclutar a las mujeres en la violenta provincia de Diyala, en el noreste de Bagdad.

(Clarín, 5-2-09)