viernes, 16 de enero de 2009

Argentina, país destrozado sin proyecto de Nación

PELIGROSAS Y ONEROSAS OBRAS DE INFRAESTRUCTURA
Por Roberto Maturana

La matriz de resolución de "conflictos" ambientales de la institucionalidad K se consolida a espaldas del ciudadano y del cuidado del medio ambiente. Desde la gestión de Romina Picolotti hasta la actual de Homero Bibiloni, el saldo para nuestra República es la degradación de nuestras riquezas, que queda vedada ilegalmente frente al ciudadano, desoyendo el mandato de la ley de medio ambiente que obliga al estado a "organizar e integrar la información ambiental y asegurar el libre acceso de la población a la misma".
Hoy se suma un alerta más de nuestra real situación ambiental que puede pasar desapercibida frente al cúmulo de información cruzada que velozmente nos impide formar una opinión, y menos una conciencia ambientalista. La baja del Río Paraná puede ser explicada circunstancialmente, sin profundizar en sus posibles causas, como consecuencia de la escasez de lluvias en el sur de Brasil y el NE argentino. Brasil resuelve su sequía cerrando las compuertas de sus represas. Ya en el 2006, cuando Brasil cerró las compuertas de sus represas para mantener su nivel de generación de energía durante otra sequía, el descenso de las aguas del río Iguazú provocó que los saltos de las Cataratas quedaran casi sin agua. La falta de agua y la crisis energética puede tener salvataje en lo inmediato al estilo K, sin intenciones de contribuir a la subsistencia de nuestro país, cada día mas "sensible" a las exigencias de quienes reparten poder.

Las represas y el manejo de sus "cotas"

Elevar la cota de Yaciretá antes de lo previsto, fue para el gobierno K la solución ante la falta de energía y esto ha causado previsibles desajustes. Vemos hoy cómo la cota del río Paraná descendió a la mitad de su altura normal. Los "inmediatos" perjudicados son los litoraleños que ven afectada su provisión de agua y quienes utilizan las vías navegables para exportar sus productos. Los buques cerealeros salen con la mitad de su capacidad de carga, y esto obliga a buscar alternativas portuarias más al sur de nuestro país o en nuestra potencia vecina brasilera. Los costos aumentan y la actividad productiva sufre un fuerte coletazo de soluciones kirchneristas. "Los barcos no se pueden cargar completos y otros que están cargados no pueden salir", palabras del presidente de Terminal Puerto Rosario.

Yaciretá para Brasil es parte de un proyecto de país que implica construir represas que sustenten su capacidad de crecer. La Argentina firma acuerdos para construir represas con su vecina potencia sin dilucidar el colapso que implica el proyecto brasilero en su propio territorio. El aumento de la cota de Yaciretá de 76 a 83 mts. se debe al compromiso tomado por el gobierno argentino para el financiamiento del fideicomiso anunciado por el ministro Julio De Vido, quien tramitó en Washington en el año 2004 los fondos necesarios. Este compromiso destrabó un crédito de 90 millones de dólares que terminó en la inundación del área de Encarnación por la que el presidente de Paraguay, no formuló la queja ninguna. El gobierno argentino recibiría 386 millones de dólares cada año desde el 2004 al 2008, fondos otorgados en concepto de "crédito blando", pagadero en 30 cuotas terminada la jugosa cota 83 que continúa haciendo de Yaciretá "el imperio a la corrupción".

Itaipú, Corpus Cristi y el proyecto Garabí

Itaipú, la primera en tamaño en operación en el mundo, esta ubicada sobre el río Paraná en la frontera entre Brasil y Paraguay, con una cota de mas de 100 mts. Esta mega represa, aprobada en su momento por gobiernos de facto de nuestro país, genera energía sólo para nuestros vecinos. El Paraná ya sufrió con la construcción de esta obra una disminución en su profundidad provocada por la quita de velocidad de su caudal. Estos "inconvenientes" se deben a que nuestro país no realizó las obras fundamentales para evitar el impacto sobre el Paraná. Ya en democracia el gobierno nacional contrató a una consultora brasilera para que evaluara si una de estas obras era necesaria. claro que no lo era. El resultado es que Brasil maneja el caudal del Paraná.
Mas allá de las cuestiones climáticas, que no dependen de la voluntad de nuestros representantes, las centrales hidroeléctricas de Itaipú y Yaciretá provocarán la desaparición del Paraná como vía navegable. A Brasil no le interesa esta salida al Atlántico y a nuestros gobernantes tampoco. El ejecutivo en vez de convocar a Lula a que libere agua de sus represas, queda embelesado con el quebranto que le provoca al campo además de la sequía, la falta de agua para sacar sus productos al mercado.
Una vez terminada Yaciretá, Julio De Vido obtendrá 1800 millones de dólares para el financiamiento, "el mas grande obtenido por la Argentina hasta la fecha para infraestructura", según afirmo el ministro en marzo del 2008, de la construcción entre otras obras, de la Presa de Propósitos Múltiples Corpus Christi y Añacuá. Este proyecto consiste en la construcción de una represa en el Río Paraná entre las represas de Yacyretá e Itaipú. "La construcción de Corpus Christi terminaría con el único tramo natural del Alto Paraná, el trecho entre las represas Yacyretá y Itaipú, destruyendo definitivamente su característica de río y trayendo altos impactos ambientales y sociales a la región".
Pronto se obtendrá el financiamiento para el proyecto Garabí, un complejo hidroeléctrico que estará situado en la zona de los Saltos de Garabí, en la provincia argentina de Corrientes, aunque también comprenderá un tramo de la provincia norteña de Misiones, y cruzará el río Uruguay, que divide Argentina con el distrito brasileño de Río Grande do Sul. La empresa Binacional estatal EBISA (Argentina) y Electrobras (Brasil) convocarían a licitación internacional para el estudio de inventario de los afluentes compartidos sobre el Río Uruguay entre Argentina y Brasil. Un ex funcionario nacional expresó que "del lado argentino el panorama es negro. La nuevas autoridades de Ebisa tiraron a la basura todos los estudios hechos y pretenden hacerlos todos de cero, pero proponiendo un cierre en Garabí a cota 82,5 metros y otro en San Javier o Puerto Rosario o Roncador o donde fuera que les permita una cota de más de 125 metros", lo que tendría un impacto ambiental y social altamente negativo. En palabras de un ex director, "era un proyecto básico, sólo faltaban definir cuestiones ambientales e institucionales y los pliegos licitatorios". Los estudios para estas obras de infraestructura se hacen una y otra vez por cada gobernante de turno, que los vuelven a licitar para que sus estudios amigos ganen millones. Garabí, tal como lo ha advertido la Fundación Proteger, "convertirán al río Uruguay en un conjunto de grandes estanques, provocando la desaparición de la pesca como actividad rentable, la inundación permanente de humedales y la disminución de la calidad y cantidad de agua, entre otras consecuencias".

"En pocos años casi 25 represas -siempre con Brasil como principal beneficiario y dueño de las exclusas- convertirán al río Uruguay en un conjunto de grandes estanques donde habrá desaparecido la pesca como actividad rentable, quedarán inundados humedales y bosques en forma permanente y habrán disminuido enormemente la biodiversidad y la calidad del agua, un patrimonio de extraordinario valor económico y social en el siglo XXI. Los embalses de estas represas retendrán el agua, sobre todo en los períodos de sequía, acentuando las bajantes del río Uruguay. Si me permite la ironía, se terminarán los problemas con los cortes. Pero tampoco habrá agua." Fundación Proteger.

No existe plan de manejo integrado Brasil-Uruguay-Argentina

Brasil avanza en la concreción de sus proyectos de energía para su desarrollo como país. La construcción de estas represas, además de un esfuerzo de recursos múltiples, requiere un camino institucional que nuestros gobiernos desde la década del 70, facilitan con la firma de acuerdos que luego se convierten en ley, sin realizar los estudios de impactos ambientales -ni diseñar las alertas tempranas integradas que anuncien el posible colapso de estos mega proyectos que inundarían hasta el obelisco de suceder-, ni construir las obras que permitirían continuar con las vías navegables de nuestra cuenca litoral. Nos gobiernan desde la ilegalidad con una apariencia de institucionalidad dado que se vulneran las leyes que protegen nuestras vidas y nuestros recursos, desde la ley general de medio ambiente, hasta la Constitución Nacional. Y para ennegrecer nuestro futuro, son mega obras de corrupción que empobrecen la Nación perjudicando nuestra actividad económica, favoreciendo proyectos brasileros y de grupo privados, robando nuestra agua que jamás retorna a los ciudadanos en energía accesible a nuestra realidad como nos muestran al inicio de cada obra.
Sin agua, sin navegación, sin recursos ictícolas, con plagas y tierras empobrecidas, poblaciones erradicadas por los cambios en su medio ambiente al ser inundados sus territorios, arrasando bellezas naturales como los altos del Moconá. Esto es la historia de las represas ya construidas que se repetirá en cada financiamiento que De Vido anuncie alegremente y en cada compromiso por elevar cotas. Mientras las cajas K aumentan su nivel, el Paraná se muestra consumido al igual que nuestra República Argentina absorbida por la mega corrupción imperante.

El oro azul

Este plan sustentable para Brasil, fue concensuado por nuestro gobierno con acuerdos para la construcción de represas firmados en el marco de lo que se conoce como Iniciativa para la Integración de Infraestructura de América del Sur (IIRSA). Por estos acuerdos, Brasil logra a través de megaproyectos, energía y vías navegables para sus productos. Nuestras aguas contenidas en estas represas, luego son entregadas al sector privado para su utilización y transformación en energía, que posteriormente nos venden a precios de mercado sin descontar el usufructo de nuestra propia riqueza, entregada gratuitamente por nuestros gobernantes de turno en un entramado de negocios, créditos y fideicomisos que permite crear los nuevos dueños del agua bajo la mentira de energía a bajo costo.
Junto a la riqueza que produce el agua transformada en energía se multiplican los pobres que son trasmutados en votos democráticos. La institucionalidad kirchnerista muestra a la democracia cooptada por los organismos que deciden en el manejo de nuestras aguas: los presidentes, el ministro De Vido y su Subsecretaría de Recursos Hídricos, la ministro Georgi de la Producción, la Secretaría de Homero de Medio Ambiente y DS, el ministro Moreno de Comercio Interior, entre otros responsables; asimismo, un Congreso adepto desde la Comisión Bicameral Permanente mayoritaria, y la extorsión federal cooparticipativa hacia los representantes de las provincias no oficialistas que los coloca como partícipes de una gestión que no tiene interés por la Nación ni un proyecto de país, sólo por el manejo de fondos fiduciarios y empresas con participación estatal ilícitas para no respetar la legalidad del Estado de Derecho.
*Palabras de la Presidenta Kirchner en su última aparición publica "aquí estamos, seguimos haciendo obras, generando energía".
Al igual que los poderosos genocidas de ayer, los Kirchner, al finalizar su mandato, serán juzgados porque su política ambiental de entrega aplicada es generadora de hambre y genocidio.

Roberto Maturana
Oficial de Marina Mercante-Investigador

Buenos Aires - Argentina
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