viernes, 24 de octubre de 2008

270 votos electorales deciden la Casa Blanca en elecciones de Estados Unidos




En la medida en que se acerca la fecha cumbre para que los votantes estadounidenses decidan quien será el próximo presidente de la nación más poderosa del mundo, la batalla por la Casa Blanca se acrecienta con mayor fervor entre los seguidores de los aspirantes Barack Obama y John McCain.
Estados claves como Florida se han convertido en los últimos días en los cuarteles generales de ambos contendientes, mientras que los activistas hispanos por el voto popular, arrecian sus jornadas para motivar a los latinos a inscribirse y a salir a votar por el postulante de su preferencia.
Pero ese voto popular, tan acendrado en las grandas batallas electorales del mundo, no es el decisivo en los Estados Unidos en cuyos procesos comiciales, la presidencia es ganada por el candidato que consiga 270 de 538 votos electorales o colegios electorales.
La situación se ha presentado sólo tres veces en la historia de las elecciones por la Casa Blanca, siendo la más reciente la del año 2000 en las que Al Gore salió “derrotado” por George W. Bush en un estado republicano tan crucial como la Florida, donde la Junta de Elecciones “trancó” el juego rehusándose a aceptar una serie de mociones del equipo de Gore y la Casa Blanca debió ser decidida finalmente por la Corte Suprema de Justicia que le dio la victoria al actual mandatario.
Muchos ignoran que técnicamente no estarán votando por el presidente, sino por un grupo de representantes del colegio electoral. Los estados con mayor cantidad de ellos son los que influirán definitivamente en la balanza que se inclinará por la Casa Blanca. En contiendas cerradas, como se prevé que sea la actual, los votos electorales podrían ser muy peligrosos dependiendo de las tendencias de esos estados claves.
La Florida por ejemplo, tiene 25 de los 270 colegios requeridos por la ley electoral de la nación. El tecnicismo fue creado por los patriotas que redactaron la constitución de Estados Unidos en 1877 porque no querían que el presidente y el vicepresidente fueran elegidos directamente con los millones de sufragios del voto popular.
Para darles más influencia a los estados concibieron la referida fórmula. Cada estado cuenta con una cantidad diferente de esos votos acorde con la suma de sus congresistas y senadores.
Para determinarlo, hay que sumar el número de sus congresistas a los dos senadores. En California hay 53 representantes en la Cámara Baja y dos senadores, por lo que sumándolos, totaliza 55 votos electorales. El candidato que gane ese sufragio allí, está en gran ventaja sobre su rival.
No importa que uno de los candidatos obtenga la mayoría absoluta de votos populares del país. Para asegurar la Casa Blanca, debe conseguir los 270 de los 538 colegios electorales. Es una especie de “eliminatoria” que para ser eliminada tendría que cambiarse ese articulado de la constitución, una propuesta que se hizo tras los líos electorales de La Florida, cuando los demócratas y el mundo percibieron que a través de mecanismos “fraudulentos”, se despojó a Gore de la presidencia de los Estados Unidos.
¿Podría ocurrir lo mismo con Obama o Mccain?

Autor: Miguel Cruz Tejada