miércoles, 20 de agosto de 2008

Confirmación: Botnia no contamina

Botnia y el medio ambiente

La Corporación Financiera Internacional, organismo que depende del Banco Mundial, dio a conocer el primer informe de seguimiento ambiental elaborado sobre la base de las mediciones realizadas durante los primeros seis meses de funcionamiento de la planta de producción de celulosa de Botnia, ubicada en Fray Bentos, Uruguay. Ese informe expresa que el desempeño de la planta cumple con los parámetros de calidad del aire, el agua y los suelos previstos en el diseño, y que cumple los límites establecidos por los permisos ambientales emitidos por la Dirección Nacional de Medio Ambiente del Uruguay (Dinama).
El informe fue preparado por la firma consultora ambiental EcoMetrix, de Canadá. La evaluación se apoyó en datos de monitoreo obtenidos por la Dinama, la propia empresa Botnia, Obras Sanitarias del Estado (Uruguay) y el Laboratorio Tecnológico del Uruguay. Las mediciones comenzaron antes de la puesta en marcha de la planta, con el fin de comprobar fehacientemente sus efectos posteriores. En los primeros seis meses de producción, la planta alcanzó a 405.000 toneladas, un promedio diario del 81 por ciento de su capacidad. Los monitoreos abarcaron 17 estaciones ubicadas a lo largo del río Uruguay, cinco estaciones de aguas subterráneas, dos de suelos y una de aire. Además se vigiló permanentemente la generación de olores.

Según los estudios sobre las aguas, no es perceptible el impacto de la planta. El agua empleada en el proceso recibe un tratamiento que permite restituirla al río prácticamente en las mismas condiciones en que es captada, con una merma en volumen que no es significativa en relación con los caudales utilizados y con los del propio río. La capacidad del sistema de tratamiento de líquidos permitirá que en él se procese próximamente el efluente cloacal de la ciudad de Fray Bentos, lo que contribuirá positivamente a mejorar las condiciones preexistentes del río Uruguay.
Los parámetros referidos a diversos índices fisicoquímicos del agua luego de la operación de la planta se mantienen, de acuerdo con el informe, bien por debajo de los máximos permitidos y no difieren prácticamente de los que se miden aguas arriba. No han sido detectadas dioxinas ni furanos, elementos que eran temidos por grupos ambientalistas.

Comprobaciones igualmente tranquilizadoras parecen surgir de las mediciones del aire, suelos y aguas subterráneas. La percepción de olores se verificó en seis oportunidades, por períodos que en ningún caso alcanzaron una hora de duración y sólo en dos oportunidades llegaron al área urbana cercana. Ello ocurrió en ocasión de detenciones no programadas en el período de la puesta en marcha o debidas a caídas del sistema eléctrico regional, o por algún otro imprevisto. La operación no produce olores ya que con la nueva tecnología el residuo que los ocasiona es enviado a la caldera y consumido sin contaminación alguna.
Firmas independientes como la consultora Hartfield, o profesionales conocedores de los más recientes avances en la industria celulósica, emitieron informes y escribieron artículos para decir que si la planta cumplía con las modernas normas de la Unión Europea no había motivos para temer contaminación. Así lo sostenía, en un artículo publicado por LA NACION en 2006, el químico Mario Féliz, especialista en industria celulósica. La provincia de Corrientes ha expresado recientemente su deseo de radicar plantas celulósicas de última generación para dar valor agregado a su producción forestal, y las provincias de Santa Fe y Misiones están controlando la puesta al día de la tecnología de varias de sus plantas para eliminar la contaminación.
Los resultados de las mediciones de la Dinama y de los organismos internacionales o uruguayos en la planta de Fray Bentos, pese a todo, no pueden ser tomados como los únicos. Deberían ser cotejados con los que hayan realizado organismos argentinos, cuya difusión sería muy importante. Porque tampoco debe ignorarse que toda actividad industrial contamina, y también aquella que, como Botnia, emplea modernos procedimientos para atenuar el impacto ambiental. Así lo precisa un informe técnico elaborado por la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú. Está en juego la tranquilidad de los vecinos de esa ciudad entrerriana.
El curso del procedimiento en la Corte Internacional de Justicia de La Haya relativo al alegado incumplimiento del Tratado del Río Uruguay no debe inhibir la más pronta dilucidación de la cuestión ambiental, aunque incida en su desarrollo.
No debe dejar de tenerse en cuenta que hay una comunidad que, en la medida en que cuente con información suficiente y correcta, podrá no sólo tranquilizarse, sino también revisar sus reclamos, si es el caso, incluido el perjudicial e irregular corte de frontera.

La Nación
Martes 19 de Agosto de 2008